Cuatro personas murieron y entre 36 y 40 siguen desaparecidas tras el derrumbe parcial de un edificio de viviendas. (EFE)
El presidente ruso, Vladímir Putin, se desplazó hoy a la localidad de Magnitogorsk, en la región de los Urales, donde cuatro personas murieron y entre 36 y 40 siguen desaparecidas tras el derrumbe parcial de un edificio de viviendas.
"Aproximadamente, entre los escombros hay entre 36 y 40 personas", entre ellas siete niños, explicó Yevgueni Zinichev, el ministro para Situaciones de Emergencia, en la reunión que mantuvo con Putin, según informan medios locales.
Putin, que había ordenado antes viajar a la zona a los ministros de Sanidad y Emergencias, llegó al centro de coordinación de las labores de rescate, visitó el lugar del siniestro y acudió a los hospitales donde fueron ingresados los heridos.
Según las últimas noticias, de las 120 personas que teóricamente residían en los 48 apartamentos afectados, se desconoce el paradero de entre 36 y 40 de los inquilinos, aunque no se descarta que algunos no pasaran la noche en su domicilio.
Además de los cuatro muertos, cuyos cuerpos fueron recuperados de entre los escombros, el resto han sido evacuados, rescatados, hospitalizados o se encontraban de viaje o con parientes y amigos y se comunicaron con las autoridades para informar de su paradero.
Varios cientos de personas participan en las labores de salvamento, lo que incluye a especialistas procedentes de Moscú y de Yekaterimburgo, la capital de los Urales, equipados con perros rastreadores.
Además de las bajas temperaturas, que rondan los 30 grados bajo cero, también dificulta la búsqueda la amenaza de derrumbe de una de las alas del edificio de diez plantas construido en 1973, según explicó el ministro, lo que impide el uso de máquinas.
"Por supuesto, las posibilidades (de encontrar a alguien con vida) se reducen según avanzan las horas", explicó Veronika Skvortsova, la ministra de Sanidad, a la televisión pública.
Las autoridades de Magnitogorsk, ciudad que se encuentra en la región de Cheliábinsk, cerca de la frontera con Kazajistán, ya informaron de que las labores de rescate no se suspenderán durante la Nochevieja.
Putin ordenó crear una comisión gubernamental para aliviar el sufrimiento de los damnificados e instó a las autoridades a no ahorrar en gastos y evacuar definitivamente a los inquilinos de todo el edificio ante la mínima duda sobre su seguridad.
En total, en el edificio viven más de un millar de personas, que podrían ser evacuadas también a escuelas, hoteles y dormitorios universitarios de la zona, como ya se ha hecho con los que residían en los portales adyacentes a los afectados por el siniestro.
El derrumbe de siete de las diez plantas de una sección del edificio situado en la calle Karl Marx fue supuestamente provocado por una explosión de gas ocurrida a las 06:00 hora local (01:00 GMT).
Las explosiones de gas son habituales en este país, donde la gran mayoría de los edificios de viviendas fueron construidos en tiempos de la Unión Soviética con materiales de baja calidad, como paredes de panel.
Según la prensa local, este año en una treintena de explosiones de gas murieron 14 personas y otras 80 resultaron heridas.
