Es prácticamente ineludible hablar de lo que marcó al deporte en el año que está a punto de fenecer. A mí en lo particular me impresionó lo que le sucedió a Santos Laguna en el primer semestre del 2018. José Manuel de la Torre, mejor conocido como "Chepo", fue cesado después de nueve jornadas en el Apertura 2017, cuando sólo ganó un partido, a partir de la diez asumió el cargo de manera interina Robert Dante Siboldi, quien fungía como director de fuerzas básicas de la institución. Era el segundo interinato para el uruguayo, de ocho juegos dirigidos ganó dos, empató cuatro y perdió dos, nada impresionante, el equipo no calificó, pero al menos terminó de manera decorosa el torneo. Todo indicaba que se le daban las gracias a Siboldi y de regreso a su chamba en básicas.
Y aquí viene el 2018, Alejandro Irarragorri y su equipo cabildeaba y sondeaba en búsqueda del entrenador para el Clausura 2018. La noche antes de una reunión clave para decidir entre varios candidatos quién tomaría las riendas de los guerreros, Siboldi quien se siente fuera de la terna, al fin y al cabo su trabajo en el primer equipo había terminado y mostraba su inquietud en su casa acompañado por su familia, su esposa lo nota y le dice "por qué no le llamas al presidente y le dices que te tome en cuenta" "igual, el no ya lo tienes" animado por su esposa Robert Dante se atreve y llama a la casa de Alejandro Irarragorri. "Presidente buenas noches, sé que están por decidir quién será el director técnico para el próximo torneo y sólo quiero decirle que por favor me tome en cuenta, me siento calificado y capaz para asumir el cargo"
Irarragorri le contesta: "primero: ¿cuándo me vas a decir Alejandro y no presidente? segundo, que bueno que me llamas y me haces saber de tu deseo, para mí, es muy importante que tú te manifiestes y muestres tu ambición por ser el próximo entrenador del Santos Laguna"
Horas después se da a conocer que Robert Dante Siboldi será el director técnico para el Clausura 2018. Alejandro Irarragorri después comentó: "si no me llama esa noche, él no sería el entrenador"
¿Qué se podía esperar de un técnico debutante en primera división con el plantel de Santos? Con optimismo, calificar, y lo que escurra es miel. Lo que se vino fue fantástico, los futbolistas decidieron que valía la pena jugar para Robert y con el pasar de las jornadas se fue armando un equipo sólido, un portero con el oficio y la calidad suficiente a la par de cualquiera, los centrales terminaron siendo los mejores de la Liga, el mejor "cinco" mexicano, volantes con voluntad y talento y adelante tres delanteros avasallantes. Siboldi concluyó el torneo en la cancha "maldita" de la Bombonera, donde los laguneros habían caído en dos finales, una intoxicados de cuero y otra en el límite de la tragicomedia.
Pero el destino le tenía al uruguayo un maravilloso regalo, convertirse en el entrenador campeón con menos partidos dirigidos en primera división. La luna de miel parecía continuar para el Apertura, a pesar de cómo lo manifestó el DT lagunero, "me quitaron a mi capitán, a mi campeón goleador y a mi único seleccionado". Aun así, con la garra que caracteriza a sus paisanos a enfrentar el reto. De los primeros nueve puntos, se obtuvieron seis, venía la visita a Guadalajara, pero antes la hecatombe, Siboldi se ve en medio de una disputa de egos con su auxiliar técnico y con uno de sus defensas, al grado de llegar a las manos, la dirigencia alertada por este desaguisado acepta la renuncia de Siboldi que quizás pensó que se la rechazarían.
Una maravillosa historia que termina como las buenas películas, sin un final feliz. Una llamada nocturna le cambia la vida a Robert y un momento de rabia le da un cambio de rumbo totalmente inesperado. Ahora Robert se va a las "Islas Marías" a expiar sus culpas y retomar su vida como entrenador de primera división, Veracruz el equipo menos confiable de la Liga MX en todos los aspectos es el nuevo reto del hombre que le dio la sexta estrella a Santos Laguna.
