Mientras en México se vive el arranque vacilante de un nuevo gobierno, en Estados Unidos el fantasma amenazante de una nueva recesión económica vuelve a aparecer ante un mercado de valores errático y políticas financieras desafortunadas.
Para un gobierno populista como el de López Obrador un freno en seco de la economía norteamericana significaría la peor tragedia ante las esperanzas de los 30 millones de mexicanos que votaron por Morena.
Sorprendió a los analistas que el gobierno propusiera un crecimiento promedio del 2 por ciento para el 2019, cantidad menor al registrado durante el sexenio de Peña Nieto.
Seguramente la estrategia es ir de menos a más para meses después presumir un crecimiento mayor gracias a los supuestos esfuerzos de un gobierno responsable con visión social.
Sin embargo, todas las aspiraciones podrían venirse súbitamente abajo si se cumplen los oscuros pronósticos de varios expertos en torno a una inminente recesión en Norteamérica que evidentemente golpearía durísimo a nuestro país.
No olvidemos que, a pesar de los intentos arrebatados de Trump por aislar a México, las economías de ambas naciones nunca habían estado tan unidas y tan interdependientes.
Las remesas de los paisanos, las divisas por el turismo, los empleos en maquiladoras, las exportaciones de autos y del sector agropecuario son apenas algunas de las muchísimas ramas de la economía mexicana que dependen de la salud financiera de los vecinos del norte.
Ya lo hemos vivido muchas veces, cuando a los vecinos yanquis les pega un resfriado los efectos en México son devastadores al nivel de una pulmonía.
La economía norteamericana ha crecido de manera sostenida en los últimos años, en el 2017 se registró una alza histórica del 25 por ciento en el mercado de valores y un desplome en el desempleo pocas veces visto.
Pero el 2018 inició con una fuerte caída de las bolsas y luego de una recuperación en los meses siguientes, los mercados volvieron a sucumbir en las semanas recientes. Si en los próximos días no ocurre una recuperación, el mercado cerrará el año con una baja cercana al 10 por ciento.
Para declarar oficialmente una recesión se requiere que la economía registre saldos negativos de crecimiento durante tres trimestres. En este año no se ha presentado un saldo negativo, por el contrario, en el segundo y el tercer trimestre se reportaron avances impresionantes del 4.2 y el 3.5 por ciento, respectivamente.
Empero, el analista Raúl Elizalde en su artículo en Forbes titulado "Otra advertencia de que viene una recesión en el 2019", explica que las guerras comerciales, la inestabilidad política y las altas tasas de interés podrían empeorar los mercados y socavar los bolsillos de los norteamericanos.
La caída reciente indica que existe enorme incertidumbre a pesar del supuesto "boom" de la economía. No hay que olvidar que hoy en día un notable número de gigantes de la era digital como Facebook, Google y Amazon, entre muchas empresas más, valen por las expectativas de los inversionistas y no por sus activos ni sus finanzas.
Estados Unidos vivió su última gran recesión en el 2018 y la anterior a esa ocurrió en los inicios del siglo XXI. Han pasado ya diez años de aquel tronido financiero mundial de septiembre del 2018 provocado por el colapso de la burbuja inmobiliaria en Norteamérica que repercutió durísimo en México y en todo el mundo.
No sería mala idea, pues, que los ímpetus del gobierno morenista tomen en cuenta el entorno del vecino país, no vaya a ser que una futura recesión eche al traste sus ambiciosos planes y proyectos, incluyendo la tan presuntuosa cuarta transformación.
Noticias finales…
Ya decíamos que no será fácil la labor de los super delegados federales como en Baja California donde el polémico Jaime Bonillas, ahora senador con licencia, y el gobernador Francisco "Kiko" Vega, mantienen serias diferencias desde tiempo atrás… En Tijuana la violencia regresó a los peores años, en lo que va del año y hasta el martes pasado, el número de homicidios ascendió a 2,417. Al iniciar sus gobiernos tanto Fox como Calderón enviaron a BC policías federales y tropas para contener al crimen, ¿qué espera AMLO?
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