Verdades y rumores
Tal parece que la campaña por la renovación de la alcaldía torreonense dentro de tres años ha comenzado. Y esto se percibe en el comportamiento que han tenido en estos días dos de los que muy probablemente serán los contendientes. Por el lado de Morena, el expanista Luis Fernando Salazar, diputado federal, está tratando de asumir protagonismo en su nuevo partido asumiendo posturas en San Lázaro que le puedan sumar bonos para sus aspiraciones. Por ejemplo, se le ha visto encabezando el debate sobre la creación de la Fiscalía General de la República defendiendo la postura oficial, cuestionada por los panistas, excompañeros del “Hooligan”, que ven que el preciso AMLO quiere nombrar a un “fiscal carnal”. Pero también ha tratado de parecer interesado por los temas locales de la Perla de La Laguna, y en ese tenor ha presumido que para el año que entra se contará con un presupuesto de 300 millones de pesillos para el drenaje pluvial que tanta falta hace.
Pero por el lado del PAN, Marcelo Torres, diputado local, no ha querido quedarse atrás y lo mismo lanza dardos al gober Miguel Riquelme por el manejo de los recursos públicos en el primer año de gobierno, que a los Moreira que aún gozan de seguridad pagada por el erario de Coahuila. Y esta semana, el también exdirigente nacional del blanquiazul ha abierto fuego contra los diputados federales de Morena. Don Marcelo ha calificado como pobre e intrascendente la labor de los legisladores morenistas coahuilenses en la gestión de recursos federales para apoyar los proyectos de la entidad. Aseguró que de poco les sirve pertenecer al partido del Gran Tlatoani ya que sólo recogieron “migajas” para la provincia coahuilense. Y aunque Javier Borrego, Diego del Bosque, Melba Farías y Miroslava Sánchez también son diputados federales de Morena, los agudos observadores de la cosa pública dicen que la dedicatoria especial es para su posible futuro contrincante, Luis Fernando Salazar. Vamos a ver cuánto se tarda en responder el Hooligan y de qué forma lo hace, ya que de todos es sabido que es de mecha corta. Más allá de eso y aunque falta aún algo de tiempo, los pitonisos del oráculo de Delfos vaticinan que la elección será cerrada y que Morena tiene fuertes posibilidades de competir en primera línea e Torreón, dado el empuje que está teniendo el lopezobradorismo en la región, aunque falta ver qué tanto puede Torres aglutinar nuevamente al panismo local y el apoyo estatal que pudiera tener Xavier Herrera Arroyo, de quien se dice que será el gallo de Riquelme.
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A propósito del gobierno provincial, a pocos días de concluir el primer año de la administración riquelmista han comenzado las apuestas sobre quiénes serán los primeros funcionarios en ser sustituidos de cara al arranque del segundo año y considerando que ha pasado el proceso electoral y existen pocas ataduras dentro del PRI para que don Miguel pueda hacer sus acomodos. De entrada, lo primero que se escucha es que, supuestamente ahora sí, el gober va a comenzar a hacer una depuración de aquellos personajes que huelan mucho a moreirismo o que hayan colaborado con los exgobers Humberto y Rubén. En ese tenor, corre la especie de que habrá cambios en las secretarías de Gobierno, encabezada por José Ma. Fraustro, y de Finanzas, en donde despacha Blas Flores, quienes no han tenido un trabajo sobresaliente que digamos. También circula en los corrillos un posible ajuste en Seguridad Pública, que comanda José Luis Pliego. Dicen los que saben de los entramados de la administración estatal que Miguel quiere apuntalar a sus hombres de confianza, que son Gerardo Berlanga, de Infraestructura; Eduardo Olmos, subsecretario de Coordinación; Xavier Herrera, subsecretario de Egresos, y Adelaido Flores, coordinador regional de Seguridad. También se oye que Javier Lechuga pudiera entrar a la administración estatal en un cargo de primer nivel y que la renovación pudiera darse también en mandos medios. Lo cierto es que a don Miguel le urge comenzar a construir su propio legado, lejos de la sombra del Moreirato que se resiste a morir en Coahuila.
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También en el ayuntamiento de Torreón hace viento y corren los rumores de posibles enroques y ajustes en las direcciones municipales de cara al inicio de la segunda administración zermeñista de este siglo. El primer cambio, y que prácticamente es un hecho, es el de Primo Francisco García, jefazo de la Policía Municipal, quien entre la ley mordaza que hay en la Presidencia Municipal y los desencuentros con las fuerzas estatales poco ha podido brillar en el cargo, aunque él asegura que por sus logros es que lo han promovido en la Policía Federal, que es en donde él se formó. Para sustituirlo se oye que el alcalde Jorge Zermeño va a recurrir a un militar, para no desentonar con la estrategia del preciso López Obrador, que pondrá a gente de la milicia al frente de cada una de las 266 regiones en las que dividirá al país en materia de seguridad. Mientras tanto quedará al mando Alejandro González, actual director operativo de la corporación. También ha quien espera cambios en Urbanismo, dirigido por Aldo Villarreal, en donde las quejas de travesuras se han comenzado a acumular, y en Simas, que ha navegado con más problemas que aciertos en este año de miniadministración. Habrá que ver hasta dónde llega la sacudida que hará don Jorge, quien ayer presentó su informe
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En donde dicen que se avecina una fuerte sacudida es en el Poder Judicial de Coahuila. Han comenzado a circular por las endemoniadas redes virtuales unos supuestos oficios en donde se asienta una larga lista de jueces y secretarios de acuerdos de La Laguna que serán sustituidos, así como los nombres que entrarán al relevo. Los subagentes disfrazados de malletes dicen que esto viene como consecuencia de una serie de investigaciones que se ha llevado a cabo para revisar el proceder de los funcionarios judiciales en algunos fallos, aunque también se dice que se trata de una depuración sugerida desde el Palacio Rosa de Saltillo para romper los fuertes bloques que algunos magistrados han creado durante años, como es el caso del grupo del también cronista Jesús Sotomayor Garza. Por lo visto la lucha de poderes no sólo se da en el ámbito federal.
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Pareciera que las épocas navideñas, el olor a ponche y tamales tienen tranquilitos a los panistas de Gómez y Lerdo, pues a pesar de que ya está en marcha, formalmente, el proceso para la renovación de ayuntamientos en la provincia, nadie dice esta boca es mía. En Gómez, cuentan los grillos de café que sigue estando en el ánimo de varios panistas “notables” aventar al ruedo a Oswaldo Santibáñez, que es de lo menos peor que puedan tener los desdibujados blanquiazules, por lo menos dicen la lleva bien con los liderazgos de la iniciativa privada y la cúpula panista nacional. Habría que esperar a lo que diga el gober José Aispuro, pues pareciera que no hay química ahí, pues a más de dos años de la administración, extrañamente para muchos, lo mantiene en la fría banca. En fin, la grilla y los celos políticos están con todo. En la tierra de las nieves Chepo, aseguran que Rosario Castro se mantiene como firme candidata a la alcaldía (sí, oootra vez); sin embargo, ahí el análisis sería en otra vertiente, pues la chamba que le ha metido a la coordinación del gabinete estatal no es, digamos, tan mala en términos generales, aunque esto ha valido que la confrontación con el secretario de Gobierno Adrián Alanís se agudice, pues mucho se menciona que los días para don Adrián están contados y doña Rosario se perfila como su relevo. Así que de bote pronto para varios panistas, si se lanzara a Santibáñez por Gómez y a Castro Lozano en Lerdo, pudiera ser una señal que el gober estaría probablemente interesado en dar la pelea ante una contienda que se ve muy pero muy complicada para los blanquiazules. Y es que en realidad, cuentan con muy pocos cuadros como para hablar de ternas, incluso tomando en cuenta a los que no militan formalmente en el PAN y que eventualmente pudieran ser considerados sus abanderados por sus “afinidades”, ya veremos entrando el año.
