Parece que los testigos oculares del presunto intento de robo de un menor, por parte de una joven con discapacidad intelectual, son inexistentes.
Al menos, las personas que se ubican en los alrededores del lugar donde sucedieron los hechos manifiestan no haber visto lo sucedido, sólo recuerdan a la unidad y a la joven detenida.
Es martes y el sol se acaba de ocultar. La fayuca instalada en la colonia Loma Real recibe a decenas de visitantes, como cada semana. En el puesto pintado de color rojo que se ubica sobre la avenida Bromo, donde detuvieron a Juanita, hay unas mujeres vendiendo ropa, pero no son quienes la acusan. Ese lugar recibe a diferentes vendedores cada martes, según dicen los fayuqueros establecidos.
Frente a ellas está un puesto de venta de cuadros. A su costado un Super City y frente a esta tienda de conveniencia un puesto de venta de muebles. Ninguna de las personas que atiende estos lugares manifestó haber visto algo, sólo a la patrulla cuando ya tenía detenida a Juanita.
La mayoría de los comerciantes se reusan a hablar del tema; algunos aceptan, pero bajo el anonimato. No se quieren meter en problemas, dicen.
"La verdad no supe, vi una persona y luego venían las mujeres con ella, la subieron a la patrulla nomas', algo normal", dice uno de los vendedores.
Cecilia Domínguez comenta que lleva tiempo de conocer a Juanita y también cree que tiene discapacidad. "No tiene malicia, anda aquí y allá, se junta con puros niños y niñas. Le gusta jugar con ellos, es una niña confiada. Andaba siempre con una muñeca y una pañalera, le gusta ir a los circos, es como una criatura". Ambos lamentan que la joven de 20 años, con mentalidad de una niña de entre 5 y 7 años según la familia, este recluída en el Cereso desde agosto.
Petición
Organizaciones y activistas nacionales internacionales demandan que lleve el proceso en libertad y que sea juzgada con perspectiva de discapacidad.
3 MESES
Tiene Juanita reculida en el Cereso de Saltillo, pese a su discapacidad.