Fe. Laura y Óscar acudieron a la parroquia de Guadalupe, junto con sus pequeños ataviados como San Juan Diego y la Virgen de Guadalupe. (GUADALUPE MIRANDA)
En agradecimiento por los favores concedidos por la intercesión de la Virgen de Guadalupe, los pequeños Óscar y Cristal fueron vestidos por sus padres Óscar y Laura, como la virgen morena y como San Juan Diego. Su tradición seguirá cada día 12, por lo menos unos años más.
Su compromiso con la Virgen de Guadalupe, surgió tras el nacimiento de su pequeña Cristal, hace poco más de dos años. Su padre, día a día, pide por ella, porque sea fuerte y no haga caso a las burlas de las que pudiera ser víctima una vez que ingrese a la escuela.
La pequeña nació con una malformación en su brazo izquierdo, el cual no terminó de desarrollarse. Pero su condición, no la limita. "Es muy inteligente, ya no toma biberón y ya va al baño sola", cuenta su padre orgulloso y preocupado a la vez, por el futuro de su primogénita.
Cuando nació, cuenta su madre, los médicos pensaban que rechazaría a su propia hija debido a que su condición se conoció hasta que nació, debido a que en los ultrasonidos que se le practicaron durante el embarazo, nunca se observó la malformación.
"Pensaban que iba a reaccionar diferente, decían 'es que no la va a querer', decían las doctoras, pero yo me hice fuerte, así la quiero, así la voy a apoyar", dice su madre.
Su compromiso fue aún mayor, durante el embarazo de su segundo hijo. Laura recuerda que al cuarto mes de gestación presentó un sangrado, que hizo creer a los médicos de un hospital de la localidad, que su hijo había muerto en su vientre.
Pero en ese momento, se encomendó a la Virgen de Guadalupe, para que su hijo llegara a término y así fue.
"Yo le prometí a la virgencita y a como a la siguiente semana yo la soñé en la Basílica en donde me prometió que mi hijo iba a estar bien, me decía que iba a estar bien el bebé, que no me apurara", recuerda y se logran escapar algunas lágrimas.
Y días después, tras acudir a Cáritas a una revisión, su hijo se encontraba perfecto y en movimiento.
Tras ambos eventos, la joven paraje prometió acudir cada día 12 de diciembre, a la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Torreón, para presentar a sus hijos y darle gracias por los favores concedidos por su intercesión. Ambos son vestidos como la Virgen de Guadalupe, en el caso de la pequeña, y como San Juan Diego, en el caso del bebé.
La familia conformada por Óscar y Laura, invitan a los laguneros a no perder la fe, "que si les pasa algo que cuenten con la Virgen de Guadalupe, que pidan que las proteja con su manto, y ella los va a sacar adelante", dice Óscar, cuya fe ha ido creciendo.
