La cultura como un ente la podemos entender de diversas formas, hay teorías que la explican y la debaten. Existen postulados en los cuales la abordamos en forma de entrada o a manera de conclusión. Es sencillo inferir que cada persona ha escuchado dicha palabra y de la misma forma es sencillo imaginar que cada quien le atribuye características o condiciones propias.
Podemos considerar dentro de la cultura un sin número de cualidades o hacer listados sobre lo que se incluye como parte de, también podemos ver los fenómenos de apropiaciones culturales que actualmente tienen un componente de novedad en los patrones de conducta de ciertos grupos poblaciones. Pero que estudiándolo desde una perspectiva más amplia, es algo que se ha venido presentando a través de los siglos con el caminar de la humanidad.
Sin hablar precisamente de la globalización –aunque si puede considerarse como un factor que influye en cierto grado- nos adentramos al tema de como las personas tenemos un intercambio cultural cuando se entra en contacto con grupos distintos al originario. Si bien puede entenderse como una transacción se trata también de una especie de dialogo.
Me remito a varias de las canciones de Jorge Drexler quien ilustra melódicamente este tipo de situaciones.
Una de ellas es llamada “Movimiento” la cual está ambientada en la sierra Tarahumara. Básicamente la letra trata de como todas las personas van de un lugar a otro, lo cual cuestiona de forma significativa como es vista la migración, con la tesis de que todo mundo va y viene de lugares distintos.
Con esto se da un primer paso para entender la transacción de la cultura. Todo aquel que se va definitiva o temporalmente se lleva su cultura entre sus pertenencias. Al lugar que llegue habrá un contraste de elementos raros para quien llega como para quienes ya están ahí.
Lo que ocurre después puede ser la aceptación, indiferencia o rechazo. A nivel individual pueden suceder una serie de acontecimientos que en el futuro se convertirán en anécdotas, pero cuando los grupos son más grandes o con diferencias culturales más marcadas, la desinformación y el temor pueden jugar como factores cruciales a desencadenar consecuencias poco gratas para ambas partes.
Y ahí reside precisamente la riqueza de las diferencias.
Ya que cada una es una base nutricia de las nuevas formas de cultura tanto en aspectos positivos como las consecuencias que no son del todo así. Quizá otra canción que retrata este aspecto es “La milonga del moro judío” entre la confusión de no saber dónde es el lugar propio se generan cuestionamientos que llegan al plano filosófico. Ya que cuestionar las culturas de los otros es sencillo. Podemos juzgar desde afuera, pero ver desde adentro la cultura propia es más complejo de cuestionar. Primero por el dar por hecho que es lo correcto o que está bien porque así lo aprendimos, cuando no necesariamente.
Se tiene que tener un gran valor para afrontarlo. Ahora cuando los cuestionamientos vienen de otros lo más común es sentirse atacado, cuando quizá la intención del otro ni siquiera sea esa.
Vernos y ver a los otros llevando sobre si su cultura a través del tiempo y la geografía es lo que nos ha traído hasta donde estamos.
Y si es necesario un ejemplo histórico los sumerios, egipcios, griegos y romanos hicieron precisamente. Por lo que hoy los recordamos como tal.
Entonces nosotros con cada día y cada paso nos vamos construyendo y reconstruyendo en lo que seremos mañana.
