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La Columna de Rosell

RAFAEL ROSELL

Hoy, por ahí del quince para las dos de la tarde por fin y de una vez por todas se definirá el campeón de la Copa Libertadores de América, es el quinto intento para jugar la vuelta, clima, desmanes y una ineptitud rampante de los responsables en organizar el partido han frustrado las cuatro anteriores. De rebote o como sea, River y Boca van a jugar en el Santiago Bernabéu. La admiración y atención que les dedican los españoles al futbol argentino ha quedado una vez más de manifiesto al aceptar esta papa caliente o bomba de tiempo activada. Programas enteros en España son dedicados a la selección argentina y a los futbolistas argentinos regados por Europa, no salen de su asombro de que haya periodistas que sigan cuestionando la valía de Lionel Messi, invitan a sus programas de debate a reconocidos analistas argentinos y discuten acaloradamente sobre cualquier tema.

Han importado el partido de mayor alto riesgo en el mundo. Porras o hinchadas que se manifiestan un odio homicida sin medir consecuencias, los gritos no son "viva Boca" o "viva River" son siempre en contra del rival: "vamos a matarlos", "vamos a prenderles fuego" "de aquí nadie sale vivo".

Y los capos de las barras haciendo dinero a base de extorsiones a directivos, entrenadores y futbolistas. Haciendo llamadas o visitas intimidatorias incluso al vestidor, si, se han metido hasta los vestidores para amenazar a jugadores por dinero o boletos para poder revenderlos. Una historia triste que está acabando con uno de los mejores futboles del mundo. El futbol argentino vive en un stress continuo, nadie se relaja, todo es tensión, presión, desde la natural competencia por la titularidad que es feroz, por la llegada de los canteranos o el regreso de ilustres veteranos, nadie puede dejar de pisar el acelerador a fondo, tienes que jugar a mil por hora y hacerlo bien, para mantenerte en la cancha.

Un ejemplo claro de cómo la presión enfermiza acaba por comerse a los grandes futbolistas argentinos de la actualidad es la selección, desde el mejor del mundo (Messi) hasta cracks de dimensiones fantásticas (Icardi y Dybala) desfallecen y naufragan en el intento de poder darle un título importante a la albiceleste desde 1993 cuando ganaron la Copa América a México en Ecuador.

La prensa pampera un día dice que ya a nadie le importa el partido, que se ha desvirtuado de tal manera que si lo juegan o no da lo mismo, pero cuando se acerca la fecha del encuentro los mismos aparentemente desinteresados vuelven a cargar con "La final del Mundo" y liberan su "argentinismo" a todo lo que da, se les llena la boca (perdón millonarios, pero así es el dicho, no me vayan a querer madrear) según ellos están indignados por jugar la final en Madrid y en el Bernabéu, pero en el fondo de su ser están envanecidos a más no poder, River Plate y Boca Juniors en el estadio que ha albergado, finales de Copa del Mundo, cuatro de Champions League, tres Intercontinentales, dos de UEFA y ahora ¡la Libertadores con los dos grandes de la República Argentina! Por supuesto que están orgullosos y con razón, pero tienen que seguir el discurso aquel: "¿de quién se liberaron los grandes próceres de América? ¡De España! y ¡¿ahí van a jugar!?, España alberga a miles de latinoamericanos que han emigrado en busca de una vida más decorosa. Fuera de Argentina es España donde más argentinos viven, se habla de al menos cuarenta mil de los 250 mil radicados en España estarán en las tribunas de la casa del Real Madrid. Dejémonos de necedades lo que pasó hace más de quinientos nadie pide que se olvide, pero que quede como está, en los libros de historia.

La final de hoy será como si fuera a un partido único (a partir del 2019 así será) cuando falten dos días para cumplirse un mes del partido de ida , ¡un mes! Se jugará la vuelta. Pocos se acuerdan de lo que pasó en cancha de Boca y el que menos quiere hacerlo es nuestro Cali Izquierdoz, protagonista a su pesar en los dos goles de River. Los goles de visitante no cuentan en la final, así qué a darle, Boca jugará bajo protesta, si gana la Copa ahí muere, si la pierde esperará la resolución del TAS a su petición de que se la den en la mesa. River enojado porque quería dársela a su gente en su estadio. Ahora sí que sea lo que Dios quiera y cuando languidezca la tarde dominical conoceremos al representante de Conmebol para el Mundial de Clubes que está por iniciar con las Chivas representándonos.

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