Columnas Social

LOS NOBEL DEL 2018

Dr. Leonel Rodríguez R.

(Primera parte)

Año tras año, desde hace más de cuatro décadas, estoy al pendiente de los nuevos nominados a uno de los galardones más prestigiados a nivel internacional, codiciados por científicos, hombres y mujeres dedicados a la investigación, a arrancarle más secretos a lo desconocido y con ello lograr que las nuevas y futuras generaciones vivamos con mucho y mejor calidad de vida, a la vez que estos nuevos descubrimientos estén al alcance de las mayorías, no únicamente a los que por su buena posición económica, sean los únicos que tengan posibilidades de beneficiarse con todo lo que a través de años, décadas de dedicación y entrega, hayan logrado en ramas tales como la física, la química y la medicina.

Intelectuales dedicados a las letras, a las finanzas internacionales, además de otros grupos, los pacifistas, quienes se dedican a luchar por la paz y tratar de lograr un mundo más tranquilo y más benévolo para los cientos, los miles de millones de los habitantes de que está poblado nuestro planeta.

Fue gracias a un libro, a una buena novela que recibí de regalo de graduación allá por junio de 1973, de una gran dama lerdense, la señorita Laura Muñoz Estrada, titulada simplemente "El Premio", cuyo autor, un escritor norteamericano de nombre Irving Wallace, quien después supe tenía en su haber varias decenas de interesantes novelas.

El libro estaba acompañado con una bella y breve dedicatoria: "Leonel, recuerde que no todos los premios son Nobel, espero que gane muchos", que me llevaron a un mundo para mí desconocido, pues nunca antes había escuchado de este gran galardón cuya obtención lleva a los ganadores a adquirir prestigio, reconocimiento internacional y muchos, muchos billetes, que compensan con creces la dedicación, la entrega y empeño que tuvieron que llevar a cabo durante muchos, muchos años, al grado de que prácticamente la mayoría de ellos, hombres y mujeres, lo llegan a obtener prácticamente en los años más maduros de su vida.

Fue a partir de su lectura, prácticamente de forma inmediata a que recibí este gran regalo, que por cierto la repetí muchas décadas después, que quedé tan impresionado del científico, en este caso, Alfred Nobe, que llegué a conocer uno de sus más grandes descubrimientos, como fue la dinamita, con lo que llegó a obtener jugosas ganancias, y sobre todo, por lo que con su invención se habían beneficiado muchas industrias; sin embargo, así como era el fin principal de su descubrimiento, también fue utilizada como arma mortífera para destruir a millones y millones de seres humanos, lo que llevó a Nobel a lamentar el mal uso que se le estaba dando a su descubrimiento.

Fue tanta su decepción que antes de morir, y en parte para amortiguar en algo su conciencia, dejó en su testamento cláusulas en que tan sólo se beneficiarían a personas que con sus descubrimientos fueran a beneficiar a la humanidad tanto desde el punto físico, intelectual, moral y sobre todo, para que más intelectuales se dedicaran a llevar a todo el mundo, a todas las naciones, algo que durante prácticamente toda la historia de la humanidad se ha perdido: LA PAZ.

Fue así cómo se crearon los premios en las siguientes disciplinas, tales como los más grandes descubrimientos en las ramas de la física, la química, la medicina y otro más: la literatura. Años después, sus albaceas crearon en su honor otros dos dominaciones más: Los Premios Nobel de la Paz y el de Economía.

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Escrito en: Dr. Leonel Rodríguez R.

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