En el limbo
¿En qué Categoría me colocará Andrés si no soy Fifí porque no tengo dinero, tampoco soy de la Mafia del Poder porque no soy político, ni empleado de gobierno ni rico empresario, no soy del PRIAN porque jamás he sido militante de organización política alguna ni siquiera me considero su adversario porque jamás nos hemos confrontado por intereses mundanos? Simplemente al igual que muchos, soy un mexicano que no guarda ninguna simpatía por su persona, pero que aun así, no soy menos que cualquier otro que está siendo beneficiado por sus políticas públicas y otros que resultarán beneficiados por su absurda forma de gobierno.
Andrés todavía se cree el redentor de todos los que lo favorecieron con su voto y según él, “no les fallará”, sostiene su versión de ser un rayito de esperanza y lamentablemente se olvida que muy pronto será el presidente de todos los mexicanos, de los que sí y de los que no simpatizamos con su promesas y compromisos de campaña; será el presidente de los que somos pobres, de los que son ricos y de los no tan ricos; de los mineros, campesinos, obreros y artesanos, sí pero también de ingenieros, médicos, contadores y tantos otros ciudadanos de modesta actividad, pero ilustres que dan brillo y prestigio a nuestra patria; incluso, será presidente de todos los que califica de Fifís, de ricos empresarios, de políticos que no son morenos y de todos compatriotas que integran la mafia del poder.
Me da coraje saber que Andrés es incluyente cuando le conviene y concede el perdón como Dios, cuando la concesión de perdón no es un atributo de él ni de ninguno de los terrenales. Y no es incluyente cuando el servicio público lo privilegia para su familia, amigos y recomendados, no está abierto al grueso de mexicanos calificados que con méritos pudieran colocarse en el sector gobierno; cuando escucha y concede la razón a su conveniencia y no de quien la tiene o de quien recibe alguna crítica. Me da coraje saber que es sectario porque hace consultas a modo, en eventos abiertos ventila temas de seguridad pública que nos lastima a los más desprotegidos sin llegar a acuerdos y asume compromisos superficiales de forma y no de fondo; en cambio para los sectores más poderosos realiza eventos privados de los que todos salen satisfechos y sonrientes, pero que no sueltan prenda de sus discretos resultados.
Quitar las pensiones a todos los expresidentes es correcto, pero Andrés no debe vanagloriarse cuando él al terminar su mandato en el 2024 y como dueño del partido político en el poder, recibirá más de mil millones de pesos del presupuesto federal; para él la pensión ya no tendrá importancia, ¿Por qué mejor no interviene el Infonavit a favor de millones de familias pobres que actualmente “disfrutamos” de un crédito grosero e impagable?
Y me da más coraje saber de la ignorancia de tanto mexicano que todavía cree y tiene fe en que la violencia, la corrupción y la maldad desaparecerá por obra del un rayito de esperanza que se manifestará como el aire guadalupano. A partir del 1 de Diciembre de 2018, todos los mexicanos seremos buenos y mejores personas..¿Por qué no serlo desde ahora?.
Juan Antonio Aguilar Tello
Torreón, Coah.
