Hace días se llevó a cabo la presentación de los hermanitos Cavalera en Monterrey, a donde algunos amigos acudieron alegres y presurosos.
Cuando me enteré del concierto, en una primera instancia, no me llamó la atención; sentí que era ver a la mitad de un grupo que desde la mitad de los 80 hasta parte de los 90 partían cráneos (metafóricamente hablando) ahora en plena decadencia.
Por otro lado, el promocional del evento resultaba prometedor; Max e Igor vendrían a interpretar lo mejor de los años entre 1989 y 1991, es decir la época que comprenden los discos Beneath of Remains y Arise, o sea, lo mejor de lo mejor. Así de fácil. No estaba falto de razón.
Con mil kilos de más y una apariencia lejana a la de ‘rockstars’, los hermanos Cavalera visitaron nuestro país para deleitar a los asistentes a sus conciertos en Ciudad de México, Monterreyyacualquier otro punto que hayan llegado.
Se puede decir que el ‘setlist’ está compuesto por puros ‘covers; ni vienen como Sepultura, ni Cavalera Conspiracy ni Soulfly (gracias al Señor de las Tinieblas).
La selección de temas va más o menos por: Altered State, Arise, Beneath the Remains, Dead Embryonic Cells, Desperate Cry, Infected, Inner Self, Mass Hypnosis, Orgasmatron, Roots Bloody Roots by y Troops of Doom, entre otras cancioncillas.
El resulta es explosivo. La nostalgia a flor de piel. Estos reencuentros resultan un ganar-ganar, tanto para el artista que seguramente extraña sus mejores tiempos como para los escuchas, quienes pensaban que ya no volverían a tener la oportunidad de escuchar esas canciones de sus creadores en directo.
En el tema de Sepultura, soy de los que se quedaron en la época de Max. El último gran concierto con la alineación que nos encantó a muchos se reproduce con fidelidad en la producción Under a Pale Grey Sky, grabado en la Brixton Academy de Londres, Inglaterra. El disco salió bajo el sello de Roadrunner Records sin que la banda lo considere dentro de su discografía oficial. Ahí se acabó la historia.
Luego, los brasileños experimentaron con un vocal negro que en lo personal nunca me convenció, con todo y que durante la década pasada se presentó en La Laguna.
Bajistas también han tenido varios y en la batería presumen a uno de los más rápidos en la actualidad, Eloy Casagrande (quien también ya pisó la Comarca Metalera). Los hermanos demostraron que el tiempo pasa, pero la buena música no.
En la Comarca, este fin de semana será la “Posada” del Dihablo, donde algunos buenos amigos como Aquerontte, Paniko, Siniesthro, BlackKomando y What I’ve Become se juntarán en noche de camaradería y metal.
La cita es en la casa del Dihablo, sobre avenida Allende, a 20 metros de la Plaza Mayor, en Torreón. Quejas y sugerencias en: La Música del Dihablo.
