Édgar Méndez celebra tras marcar el segundo gol del juego. (Jam Media)
Más que medio boleto a las semifinales, el Cruz Azul salió del estadio La Corregidora con la confianza reforzada y sin freno para la liguilla.
En su visita al Querétaro, los cementeros no sintieron cosquillas de los Gallos Blancos y jugarán el sábado en casa la vuelta de cuartos de final con un 2-0 a favor.
Todo le sale bien a La Máquina, desde la seguridad de Jesús Corona, el defensa Pablo Aguilar como goleador, las llegadas por los costados, los contragolpes, e incluso, el VAR, en su presentación en liguilla, fue factor a favor del Cruz Azul.
Al minuto 15, después de un tiro de esquina, Adrián Aldrete mandó un recentro a Pablo Aguilar, quien tenía todo el cuerpo detrás de su marcador, George Corral, pero el segundo asistente, Jimmy Acosta Montesinos -lejos de la línea de la jugada- marcó fuera de lugar. El VAR, en su estreno en la fase final de la Liga MX, revisó la posición adelantada y confirmó la anotación de La Máquina.
De lo contrario, Acosta hubiera quedado en ridículo. Con el gol del paraguayo, La Máquina no se esforzó de más y esperó con paciencia los ataques de los Gallos Blancos, que nunca encontraron la forma de penetrar a la defensiva celeste, la mejor de la fase regular (13 tantos recibidos). Ni por la derecha, izquierda o centro.
La zaga de Pedro Caixinha fue un muro de cemento en el estadio La Corregidora. Y lo que los queretanos no lograron crear en los primeros minutos, La Máquina les regaló una clase gratis de contragolpes. Roberto Alvarado condujo el esférico hasta el área de Tiago Volpi. El volante tenía dos opciones: a la derecha, Méndez, y, por izquierda, Cauteruccio; decidió probar al arco, pero su disparo pegó en el poste. Atento a la jugada, Elías Hernández remató un balón muy desviado, mismo que Méndez terminó por empujar al fondo de la portería.
El reflejo de la contundencia que ha tenido Cruz Azul en el segundo semestre del año. El 2-0 mató cualquier esperanza de los Gallos Blancos.
Rafael Puente del Río no le quedó de otra que mandar todo su arsenal al frente. El entrenador ingresó a Matías Britos y a Everaldo Stum, pero no tuvieron respuesta positiva ante la zaga azul.
Para el sábado, el Estadio Azteca, con nuevo césped, tendría un duelo de puro protocolo, con un Querétaro a la merced de Pedro Caixinha y compañía que caminan hacia las semifinales.
Anotar tres goles en el Azteca es más que una misión imposible para el Querétaro.
