Vaya nota que ha dado el ayuntamiento de Torreón al dar a conocer información donde aparentemente habrán de reabrir a la circulación de vehículos varias calles de la colonia Campestre la Rosita donde un grupo de vecinos logró cortar el tránsito de automóviles con la colocación de jardineras que bloquean definitivamente el paso de este tipo de muebles.
Primero vale la pena el antecedente. Hay que recordar los años negros de la inseguridad en La Laguna, particularmente en Torreón. Basta hacer memoria como fecha fatídica aquel atentado contra la vida del empresario Carlos Herrera Araluce y su señora esposa en mayo de 2007 para señalar un momento donde cayó sobre La Comarca el estigma de la violencia encarnizada donde común era vivir bajo fuego urbano o encontrar un día sí y el otro también cadáveres por doquier. En los peores tiempos, en La Laguna asesinaban a más de mil personas por año.
Así pues, aunando a la ausencia total de autoridad que se vio rebasada por los grupos de crimen organizado que se apropiaron de alguna forma de la región, se vino un disparo en la tasa de otro tipo de delitos además de los de alto impacto como lo son el homicidio, secuestro, extorsión; el robo a mano armada a local cerrado, y a vehículo.
En este último caso, el asalto a automovilistas con pistola en mano era recurrente. También el robo a casa habitación. En aquellos años el norte de la ciudad particularmente era asolada por el hampa. Las colonias ubicadas aledañas al vado del Nazas de Torreón sufrieron el acoso de los delincuentes y fueron de los primeros que tuvieron que tomar acciones como las de en algunos casos cortar el paso de carros, como es el caso de la colonia Ampliación Los Ángeles en la rúas que desembocan al afluente del río con la colocación de simples cordones de concreto, hasta el cierre definitivo de algunas de sus calles. No quedaba de otra, simplemente los vecinos estaban a merced de los malhechores sin protección alguna.
Como las cosas no se componían y los robos continuaban, otras colonias pretendieron o hicieron lo mismo: cerrar el paso ya sea total o sólo a los carros. Con esas circunstancias imperantes, necesariamente se vieron los colonos en la necesidad de interactuar con quienes gobernaban en este caso Torreón. El cuatrienio de José Ángel Pérez terminó en diciembre de 2009 cuando las cosas iban de mal en peor. La crisis profunda ocurrió cuando Eduardo Olmos presidió la ciudad de 2010-2013 y fue cuando algunos vecinos sí lograron la venia para cerrar y otros no tanto.
Los de la Ampliación Los Ángeles lo lograron, pero era evidente que su situación era desesperada. En tanto, los habitantes de la colonia Los Ángeles intentaron hacer lo propio, pero al final de cuentas Olmos no lo permitió, aun cuando de palabra había dado su consentimiento. La suerte fue diferente para los vecinos del Campestre de La Rosita, que capitaneados por el licenciado Víctor Ortega Muñoz, lograron colocar decenas de jardineras para con ello hacer que esa colonia residencial dejara de ser un camino de atajo para los automovilistas externos de ese conjunto habitacional.
Ahora aparentemente sacado de la chistera, el Presidente de la Comisión de Urbanismo y Obras Públicas, Juan José Arellano, informa que las mentadas jardineras serán retiradas para que vuelva el tráfico de antes. Además Arellano dice que igual suerte correrán otras colonias que bloquearon antaño bocacalles.
Esto provocó la reacción airada de los vecino de La Rosita, que hasta con lujo de nombres señalaron al señor Segundo Llamas como cercano al alcalde Zermeño para convencerlo de realizar esta acción.
Ayer Jorge Zermeño reviró diciendo que lo que se va a hacer es reparar algunos colectores y que en puntos específicos retiraran las dichosas jardineras para hacer más fluidos los trabajos, por lo que no habrá apertura.
En el fondo, el regidor Arellano esgrimió que la situación de inseguridad ya no es la misma, y que la situación de emergencia había pasado por lo que se debería restituir el derecho de todos de circular en las vías públicas, como esas que bloquearon los vecinos de La Rosita.
Ciertamente cabe algo de razón, pero habría que hacer énfasis que en este caso, el bloqueo es de carros, no de personas, por lo tanto no es verdad que se le haya arrancado a los ciudadanos el derecho de transitar libremente, si bien se restringió la modalidad de hacerlo en vehículos de 4 llantas.
Ojalá Zermeño con su respuesta haya apagado un fuego innecesario, porque si como dice Arellano todo mundo tiene derecho a manejar sus coches en la vía pública: ¿qué esperan entonces para abrir a doble sentido la avenida Morelos? El tiempo ha demostrado que las jardinera ayudan a contener una exposición al hampa, ojalá que se queden, al igual que el derecho que tenemos todos del libre tránsito por cualquier vía pública.
