La señora Graciela, presume ser orgullosamente lagunera. (GABRIELA OROPEZA/ EL SIGLO DE TORREÓN)
En Torreón, es muy común que los fríos lleguen rodeados de antojos de tamales, atole, buñuelos, y por eso, el negocio con más de 38 años de Graciela García, mayormente conocida como “Chela”, es uno de los más concurridos por los ciudadanos durante esta temporada.
La señora Graciela, presume ser orgullosamente lagunera, sin embargo, su sazón “siempre resaltado por sus clientes” tiene su origen desde que su madre, nacida en estado de Jalisco, ponía el nixtamal y caminaban hacia el molino para preparar la masa, la cual ahora contiene los “polvitos mágicos” que los vuelve únicos.
“Me dicen que han probado tamales, pero como mi sazón, no”.
Continuamente, lo torreonenses forman largas filas para comprar los tamales de rojo, verde, chicharrón, frijoles y hasta de dulce, siendo la multitud de clientes una gran satisfacción para “Chela”, a quien al ver esto le “dan ganas hasta de llorar”.
Y aunque estos antojitos suelen ser típicos de la temporada invernal, los tamales de “Chela” abren todo el año, encontrando siempre los atoles de guayaba, champurrado, los tradicionales buñuelos.
Al entrar a este local, se puede sentir la calidez del servicio y el cómo se disparan los ricos olores de las numerosas ollas que conservan los tamales calientes y listos para ser servidos.
En las paredes, resalta una publicación de El Siglo de Torreón en el diario impreso, y un cuadro alusivo “Chela” y sus tamales, un obsequio de su vecina de enfrente, quien hace dos años se lo entregó como “un primer retrato que hacía”.
Los tamales de “Chela” ubicados sobre la Av. Presidente Carranza abren sus puertas de 9 de la mañana a 10 de la noche, y aunque se hagan las largas filas, personalmente sale a avisar que “sí hay”, y así asegurarse que todos se vayan satisfechos.