Bajo los acordes de una musiquilla enferma, sobran quienes echan de menos el futbol local y desaprueban la fecha FIFA, como si el espacio para selecciones fuese clandestina y obligada a crearse en cautiverio, previendo emocionarse e ilusionarse con el torneo corto a la vista, aunque esas liguillas, lo sabemos de sobra todos, favorecen la mediocridad y olvidan la excelencia.
En ella, hay quienes viven para venderse a un precio de resucitado, otros que juegan con su equilibrio precario con fecha de caducidad, otros que viven con la mentira, como aliada de la tiranía de los medios, discutiendo por la verdad con la postverdad, esa que nos encaja a todos. Hay medios cuyo encanto al culto a la personalidad, los lleva directamente a la histeria colectiva.
Se dice que los necios y sabios toman el mismo camino para ser genios, que el proceso creativo es el mismo; lo que cambia es el resultado y de un solo paso, el destino pone lupa sobre nuestras miserias. Ese supuesto nuevo dramatismo, carece de la seriedad elemental, porque en tiempos de adhesión al rating, la tv vive de fascinación con un esmerado formato de hiperrealidad y caminan pensando en otras voces, en otras vidas, en otras miradas, cuando todo es tan repetitivo y monótono, cuando de antemano se presiente lo que van a decir, lo que se va a publicar y mostrar.
Estas liguillas sacan la cabeza para hundirse de nuevo, por su vida transita la memoria de tantas otras, con sus secretos, verdades y mentiras y de pronto el viejo y verdadero fan quisiera que llegase el cambio, el futbol espectacular, dinámico y certero, con juego de alto nivel de calidad, con goles, con la aparición o confirmación de los héroes de la cancha, con sello de diferencia, no juegos comodinos para preservar un empate y cerrar en casa o bien, pasar por su mejor ubicación.
En Santos de pronto apareció un nuevo invento de sus creativos que nadie entiende, donde se privilegia la 7 pero tal vez creen que su revolucionada técnica es conocida y aceptada por todos, por lo demás la ilusión es bien legítima, ojalá que Reyes y sus hombres puedan estar a la altura que deben alcanzar, dejando todas esas dudas anteriores y el fantasma de los balones por alto.
Total, que vuelve el futbol y todo este proceso final, donde ahora mismo solo habría que reconocer, como único valor del juego inapelable a la pelota, maestra y guía de las sensaciones, porque siempre es fiel compañera de horas y horas, bajo agua, bajo sol, siempre incondicional que no pregunta, no recrimina y está dispuesta a acompañarte de día y de noche, porque además y lo hemos visto desde siempre, si rebota, será contra la pared o algún rival, pero nunca contra ti.
