La lecturaLa lectura
Tengo 68 años, leo a diario y aún me falta mucho que leer. Los temas no se agotan cuando en verdad tienes interés en el conocimiento. Es un hobby que nunca se termina porque un tema te lleva a otro y un escritor al siguiente. Mis temas, principalmente, son la literatura y la historia, aunque también no le hago el feo a la filosofía, al cine, algunas cosas de sociología.
Soy de la vieja escuela que le gusta leer libros impresos. No me llevo bien con la lectura en la computadora aunque conozco la manera de bajar libros en PDF. Me gusta leer en las cafeterías o en la mesa de mi cocina en la madrugada, en el silencio absoluto y sin las molestias de nadie, a la hora de no tener más obligación que esa, la de leer.
Debo de confesar que hasta los 25 años no era muy buen lector. Leía lo que todo joven de mi tiempo que estudiaba comunicación podía leer, por lo general, libros recomendados por sus maestros, y los autores que estaban de moda, como los del realismo mágico, o el existencialismo. En uno de los tantos trabajos que tuve en la capital, era en la Metropolitana en el departamento de producción audiovisual. Hacia viaje con compañeros que estaban mejor preparados que yo, y cuando hablaban de libros, me daba mucho coraje tener que aceptar que no los había leído y desde entonces me prometí que no me quedaría sin leerlos y comencé a fomentar el libro de comprar y leer las principales obras del pensamiento universal.
Primero, las lecturas han sido desordenadas y posteriormente he ido imprimiendo un orden a los temas. Hubo un tiempo en que sólo leía literatura del siglo XIX y después pasaba a otras épocas: los romanos o los griegos. Me avocaba al tema de México sin menospreciar a ningún autor, al descubrir la colección sepan cuantos que tiene como ochocientos títulos y desgraciadamente hace muchos años no añade nada a la colección, me dije que ahí tenía para divertirme un buen rato sin que salieran onerosos los volúmenes, con muy buenos estudios de introducción. Por ejemplo, en esta editorial, tengo todo lo que he encontrado de la crónica de La Conquista, salvo dos o tres autores. Tiene todo lo clásico en literatura, filosofía y algunos temas históricos.
Después, han venido otras editoriales y muchas que no llegan a esta ciudad y son importantes o tienes que andar buscando en librerías muy escondidas, como la Educal. Puedo mencionar a la editorial de la UNAM y a la editorial de la Universidad Veracruzana. El Fondo de Cultura Económica estuvo aquí y se fue, algunas cosas se encuentran en las librerías que existen en la ciudad.
Algunas veces te das cuenta de cosas que ya son viejas y cuando las tratas de conseguir no existen. Un ejemplo es "La historia de Europa", formada por 10 tomos, muchos de los cuales ya no se consiguen ni sobre pedido. Algunos los encontré en la biblioteca de la facultad, pero he tenido que devolverlos. Si algo atesoro, son libros. No me gusta leer de prestado porque no son de mi pertenencia, como tampoco me gusta prestar, ya que no vuelven.
Dentro de mi historia con los libros, esta biblioteca que tengo es la segunda. La primera la tuve que vender. Mal negocio; te cuestan entre doscientos o trescientos pesos y te los compran a diez pesos.
Entonces me dije, los voy a heredar a mi hijo. No le gusta leer ni los temas que manejo. A la escuela, pronto nos vamos a cambiar de local y sólo hay lugar para una sala de lectura. A la biblioteca municipal, no sé si la acepten, o simplemente la dejaré, a ver que hacen mis sucesores con ella.
La de mi padre sigue en su biblioteca, como vivo con mi madre, de ella me surto y la he leído en un 60%, más o menos. Mis hermanos, la asaltan poco, pues que el destino de las dos bibliotecas, la mía y la de mi padre, las decida el futuro.
Siempre hay algo nuevo que leer, autores por descubrir. Casi no releo, me gustan las novedades. Ahora estoy con historia, la Segunda Guerra Mundial, un autor: Beevor, localizados 7 volúmenes, sobre todo del final de la guerra. Estos son de los autores que al rato desaparecen y ya ni por pedido se consiguen.
Cuando menos me di cuenta, he ido completando el rompecabezas de muchas, épocas. Por ejemplo, de Roma, cuento con cerca de 50 libros y todavía Posteguillo sigue escribiendo sobre el tema. Acaba de ganar un concurso de novela histórica. La diversión no se termina.
