Hace cinco años fue publicado el Libro en Busca de Respuestas, de la autoría del expresidente socialista español Felipe González, que ante la profunda crisis en la que se encuentra instalado el mundo contemporáneo, pretende despejar incógnitas en materia social, política y económica.
Al hartazgo generalizado por la política, que amenaza a las democracias, y de lo cual los mexicanos tenemos experiencia, el expresidente del Gobierno Español lanza al ciudadano medio del planeta, el reto no sólo de involucrarse en forma directa, sino la consigna de asumir el ejercicio de liderazgos en todos los órdenes de la vida pública.
La crisis mundial es interpretada por el autor como ausencia de liderazgo, entendido éste como una búsqueda de respuestas en torno a cómo mejorar el mundo, como hacerlo más justo, más próspero y más libre. Así las cosas, González advierte que más vale que nos involucremos en política porque si no lo hacemos, otros lo harán y de cualquier modo, estaremos condicionados por la política y en manos de otros.
Al reclamo ciudadano en el sentido de que la política tal y como se practica "no gusta", Felipe González convoca a cambiarla y si los partidos políticos que existen no satisfacen hay que cambiarlos, cambiar a sus dirigentes o incluso, si ninguno de los partidos existentes nos gustan debemos crear nuevos partidos, porque según la propuesta que es objeto de comentario, el mejoramiento de la calidad y contenido de la política, sólo se consigue a base de ideas y de participación.
La convocatoria de Felipe González ha tenido eco. En su país ha sido notable la aparición de partidos de reciente creación como "Ciudadanos" y "Podemos", que con éxito creciente han captado el apoyo de los electores, y disputan espacios a los partidos tradicionales. Esta sana reacción de buscar nuevas rutas de participación, alternas a las que existen, no se limita al caso español, sino que traspasa las fronteras ibéricas.
En el caso de México ha ocurrido una respuesta similar en cuanto a suscitar la atención de los votantes, pero distinta en cuanto a su estilo y efectos. En la misma época de la aparición del libro en comento, López Obrador anunciaba su salida del Partido de la Revolución Democrática y la fundación del Partido Morena como nueva opción política, con lo que de un plumazo el Peje se deshizo de la estructura burocrática del PRD, que por lo visto era un lastre.
Los resultados son historia. En tal solo cinco años el Presidente Electo hizo de su nueva organización una especie de frente amplio, que aglutinó ciudadanos y agrupaciones de todas las raleas, y armado de un discurso radical antisistema se lanzó en contra las instituciones con un resultado sorprendente, al obtener el cincuenta y tres por ciento de los votos.
El triunfo de López Obrador es paradójico porque al mismo tiempo que amenaza al statu quo, fortalece al sistema de partidos en la medida en que los votos contaron y además, ofrece nuevas oportunidades y nuevos retos, derivados de la sacudida de los viejos liderazgos sociales y políticos del país, así como de la búsqueda de nuevas formas de participación de ciudadanos y de organizaciones ciudadanas, que ya están a la vista.
Por ello no es de extrañar que en el momento actual en que la estructura burocrática de Acción Nacional se vuelve en contra del Partido, el expresidente Felipe Calderón opta por renunciar a su militancia de treinta y ocho años y anuncia como posibilidad, que se entregará a la fundación de un nuevo partido.
Hoy más que en otros tiempos, muchos mexicanos que están convencidos de la inutilidad estéril del hartazgo y que apuestan a mejorar la calidad y contenido de la política a base de ideas y participación, están en busca de respuestas.
