No se puede controlar lo que no se puede medir. De acuerdo con la opinión de Carolina Moreno, directora fundadora de We Work Equality -consultoría de diversidad de vanguardia, especializada en igualdad, prejuicio inconsciente y liderazgo inclusivo desde una perspectiva de género-, no hay muchos estudios sobre la equidad entre hombres y mujeres en las empresas que operan en el país. Ella indica que más de la mitad de las empresas en México siguen tendiendo situaciones de discriminación hacia las mujeres. "Al no haber una forma de cuantificar la situación, tenemos que empezar a hacer eso, saber dónde estamos para empezar a avanzar en políticas de equidad", dijo.
Carolina indicó también que "El país tiene una de las leyes más fuertes en cuanto a políticas discriminatorias específicamente para la mujer, tiene una normativa cuyo cumplimiento es optativo por el momento, paradójicamente, en la creación de empleos, las mujeres siguen en una situación de discriminación".
En los Estados Unidos, por ejemplo, McKinsey & Company - empresa global consultora de negocios de instituciones públicas y privadas-, en cada uno de los últimos cuatro años ha desarrollado una investigación, Women in the Workplace (La Mujer en el Trabajo).
Lo que han encontrado en la investigación de este año 2018 es que el avance en la diversidad de genero se ha estancado, para lograr la equidad las empresas deben convertir las buenas intenciones en acciones concretas. Las empresas reportan que están altamente comprometidas en la diversidad de género, pero ese compromiso no se ha convertido en un avance significativo. La proporción de mujeres en los niveles directivos de las empresas ha cambiado poco, el avance no sólo ha sido poco, se ha estancado.
En este cuarto año de investigaciones, McKinsey sondeó datos de 279 empresas que emplean mas de 13 millones de personas, y encuestó 64 mil empleados.
Las mujeres están haciendo la parte que les corresponde. En los últimos 30 años las mujeres han tenido más graduaciones que los hombres. Ellas trabajan por promociones y negocian sueldos iguales a los de los hombres.
Las empresas necesitan tomar acciones decisivas y tratar la diversidad de género como una prioridad de negocios, estableciendo metas concretas y midiendo los resultados. Deben tomar acciones audaces para lograr más respeto hacia las mujeres y una cultura de inclusión en todos los empleados para que las mujeres se sientan seguras y apoyadas en el trabajo.
Basados en los datos de los cuatro años y estudiado 462 empresas y más de 19.6 millones de personas, se han determinado dos cosas: a) las mujeres están subrepresentadas y b) las empresas necesitan cambiar la forma de contratar y la forma de promocionar para que las mujeres tengan acceso a niveles gerenciales.
Desde el primer año de estudio (2015), casi no ha habido avance en la proporción de mujeres, las menos representadas son las mujeres de color, son menos que los hombres blancos, menos que los hombres de color y menos que las mujeres blancas.
Los dos factores clave de representación son la contratación y la promoción y las empresas están poniendo a las mujeres en desventaja en estos dos rubros. Sin embargo, a pesar de que las mujeres han mostrado por décadas buena preparación académica, no son contratadas en la misma proporción que los hombres, en los niveles gerenciales la disparidad es mucho mayor. La brecha de género en los niveles gerenciales es: hombres 62% y mujeres sólo el 38%.
El trabajo se considera como un campo de juego desigual para las mujeres, más allá de la falta de apoyo en los niveles gerenciales y el difícil acceso a niveles directivos, existe el acoso sexual y le experiencia negativa cuando se es la única mujer en la oficina y se sufren microagresiones e insultos directos e indirectos.
Hay seis acciones que las empresas necesitan priorizar para asegurar avances en la equidad de género, sin esto, no habrá avances en la equidad:
Establecer los objetivos con claridad, reportar los avances y demandar responsabilidad de todos. Hay que asegurar que las contrataciones y las promociones se hagan con bases justas. Establecer que los altos directivos y los gerentes sean los principales promotores de la equidad. Fomentar una cultura de inclusión y de respeto. Evitar que las mujeres únicas en la oficina sean objeto de agresión verbal o de discriminación. Ofrecer a los empleados la flexibilidad de combinar su trabajo con su vida familiar.
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