Tragedia. En el interior del bar, se celebraba una fiesta juvenil con centenares de personas. (AP)
Un tiroteo ocurrido poco antes de la medianoche del miércoles en un bar de Thousand Oaks (California, EU), a unos 55 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, se saldó con doce muertos, entre ellos un policía, y veinticinco heridos, además del suicidio del atacante, identificado como el exmarine Ian David Long.
El incidente se produjo en torno a las 23.20 hora local (7.20 GMT) en el Borderline Bar & Grill, donde el presunto autor, encapuchado y vestido completamente de negro, abrió fuego en primera instancia contra el portero, entró en el local y descargó contra más empleados, antes de disparar indiscriminadamente dentro del club, explicó el sheriff del condado de Ventura, Geoff Dean, a los medios.
En el interior del bar se celebraba una fiesta juvenil a la que acudieron centenares de personas. Su página web señala que las noches de los miércoles se celebran las denominadas "College Country Nights", entre las 21.00 y las 2.00 hora local.
Según testigos, se escucharon varios disparos en el interior del local, lo que provocó el pánico y que muchos de los clientes se abalanzaran a la salida mientras otros buscaban refugio.
Además, varios de los presentes han asegurado que el agresor empleó bombas de humo en el interior.
"Tiró granadas de humo por todas partes. Vi cómo apuntaba por la espalda a la chica que estaba en la caja registradora. No paraba de disparar", dijo John Hedge, residente de Moorpark, a la cadena local ABC7.
De los 25 heridos, 23 son leves y acudieron a los hospitales por su propio pie, mientras que otras dos personas fueron transportadas en ambulancia, indicó el Cuerpo de Bomberos de Ventura.
Entre los fallecidos está el "número dos" del sheriff del condado, Ron Helus, que fue alcanzado por varias balas tras acudir al lugar en respuesta a la primera llamada de emergencia.
Helus llevaba 29 años trabajando en el cuerpo y planeaba jubilarse en breve.
Poco después, el atacante, que actuó solo, se suicidó tras ser confrontado por la policía, narró Dean, quien, claramente afectado por lo ocurrido, detalló que Long era un exmarine estadounidense que posiblemente sufría de estrés postraumático y que empleó en el ataque una pistola Glock de calibre .45.
El arma, comprada legalmente, incluía un dispositivo que le permitió disparar más balas de lo normal.
'FURIOSO E IRRACIONAL'
Por ahora se desconocen los motivos que llevaron a Long a actuar de esta manera, aunque el sheriff reveló que se está investigando en su casa en busca de pistas.
Dean reconoció que el agresor había tenido problemas con la ley en el pasado, pero ninguno de gravedad.
En abril la policía acudió a su vivienda para investigar un incidente y comprobó que el hombre estaba "furioso" y actuaba de forma "irracional". En enero de 2015 fue víctima de una agresión en otro bar de Thousand Oaks.
Long vivía en la zona de Newbury Park junto a su madre y era víctima de estrés postraumático, relató uno de sus vecinos al diario Los Ángeles Times: "La madre es una mujer muy dulce, pero tenía muchos problemas con su hijo. Sé que había destrozado la casa", apuntó Richard Berge, de 77 años.
DESTACA 'VALENTÍA'
En un mensaje en Twitter, el presidente estadounidense, Donald Trump, destacó la rapidez de reacción y la "gran valentía" mostrada por la policía al enfrentarse al autor del tiroteo.
"Gran valentía mostrada por la policía. La Patrulla de Carretera de California estaba en la escena de los hechos en tres minutos, y el primer agente en entrar disparó en numerosas ocasiones. Ese ayudante del sheriff murió en el hospital. Dios bendiga a todas las víctimas y familiares de las víctimas", dijo Trump en el mensaje.
Sobrevivientes de tiroteo en las Vegas estaban en bar de Thousand Oaks
En una macabra coincidencia muchos de los asistentes seguidores de la música country que se encontraban en el bar de Thousand Oaks, en donde un hombre disparó contra el público, también habían sobrevivido al tiroteo masivo de Las Vegas, señalaron ayer testigos.
Amigos y familiares se reunieron en el Borderline Bar en Thousand Oaks el jueves temprano para conocer el destino de las decenas de personas que estaban dentro cuando un hombre armado abrió fuego,mató al menos a 12 personas, causó varios heridos y se suicidó dentro del local.
Chandler Gunn, de 23 años, de Newbury Park, dijo que su madre fue a su habitación y le contó sobre el tiroteo que leyó en un despacho de Los Ángeles Times.
Se apresuró a ir al bar y llamó a un amigo que trabaja allí, quien también estuvo en el festival de música Harvest de la Ruta 91, en Las Vegas, el año pasado cuando un hombre armado abrió fuego, matando a 58 personas e hiriendo a cientos.
Su amigo le dijo que habían arrojado algún tipo de gas lacrimógeno al bar. Vio humo y escuchó disparos y corrió por la parte de atrás hacia los apartamentos cercanos.
Él no ha podido contactarlo de nuevo, pero sabe que está a salvo. Dijo que las noches de los miércoles son universitarias en el bar y abiertas a las personas mayores de 18 años para recibir clases de baile en línea.
“Mucha gente en la situación de la Ruta 91 va aquí”, dijo. “Hay personas que viven toda la vida sin ver esto, y hay personas que lo han visto dos veces”, señaló.
La gente se paraba en la acera haciendo frenéticas llamadas telefónicas. Una joven estaba con su familia en el teléfono tratando de obtener detalles. Su familia se negó a hablar con la prensa.
Savannah Stafseth estaba afuera en el patio cuando comenzaron los disparos. “Es la noche de la universidad, estaba increíblemente llena”, dijo Stafseth. Escuchó a la gente gritar: “¡Bajar, bajar!” Los disparos fueron “rápidos, muy fuertes”. Solo uno tras otro ”, describió.
“No hay palabras. Esa es mi gente. Es que no es justo. No es justo”, dijo. “Todas estas personas después de la Ruta 91. No es justo”.
Josh Coaly, de 27 años, estaba en la acera esperando saber de su amigo. Coaly ha estado en el bar varias veces con sus amigos. Su amigo también estuvo en el rodaje de Las Vegas.
Habló con su amigo, quien dijo que está con su padre y que está bien y que está ayudando a sus conocidos.
“Sólo vine a ver si hay algo que pueda hacer”, dijo Coaly.
Le pidió los nombres de las personas que estaban adentro para que pueda comenzar a llamar a las familias.
Carl Edgar, de 24 años y residente de Tarzana, dijo que tenía unos 20 amigos dentro del bar, donde es un cliente habitual, pero que no estaba allí esa noche.
Precisó que el bar es popular los miércoles por la noche con los estudiantes de Moorpark College.
Se enteró del incidente en Snapchat e inmediatamente envió mensajes de texto a amigos que estaban allí. “Llámame”, respondió su amigo.
Cuando lo hizo, ella dijo que había escapado de la barra y se estaba escondiendo detrás de una estación de servicio. Le dijo que se mantuviera tranquila. Después de la medianoche, otro amigo le envió un mensaje de texto que ella estaba escondida en el baño trasero.
“Por lo que sé, todos mis amigos están bien, seguros”, indicó. “Hay algunas personas a las que no podemos contactar, pero en estas situaciones las personas generalmente apagan sus teléfonos para estar seguros, así que no me preocuparé demasiado”.
“Muchos de mis amigos sobrevivieron a la Ruta 91. Si sobrevivieron a eso, sobrevivirán a esto “, sentenció.
