1.-Al comunicar, nunca denigre. Es probablemente el error más común que la gente hace en el proceso de confrontación. Algunas veces, se recurre absurdamente al insulto y el ridículo. Solamente se requiere una chispa para prender un gran fuego. ¿Qué caso tienen las groserías, que al fin y al cabo son estupideces? 2.- Mantenga la calma. No se deje provocar ni descienda a la furia. Dése al menos un minuto antes de contestar. 3.- Hable acerca de los sentimientos, no las acciones. Hablar acerca de los sentimientos no es fácil, sobre todo en situaciones tensas. Pero es la única manera de lograr una buena comunicación.
4.- Cambie el enfoque de la discusión. Intente que sea una verdadera transmisión de sentimientos. No se trata de ganar, sino de llegar a un acuerdo. 5.- No trate de leer la mente de la gente. No conjeture ni salte a conclusiones. Lo que quiera saber, pregúntelo directamente. 6.- Planee para tener resultados positivos. No piense en la confrontación, sino en la reconciliación. 7.- No intente inducir culpa, ni a usted ni a su cónyuge. Mejor acepten ambos la responsabilidad de los eventos. 8.- Use la estrategia de los “abonos”. Quizás sea mejor discutir las cosas luego, a “plazos”, para minimizar el daño.
9.- Reclute la ayuda del buen humor. Las confrontaciones no son buenas ni algo de qué reírse, pero la risa puede hacer una contribución al proceso de paz. 10.- No introduzca terceras personas, con sus consejos y asesorías, en lo que solamente concierne a un matrimonio. Los consejos, aunque profesionales, podrían ser devastadores.