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NORMATIVIDAD AGROPECUARIA

AGUSTÍN CABRAL MARTELL

Son ricas en vitaminas y minerales, las múltiples variedades de coles comparten compuestos de gran efecto protector para el organismo.

A esta familia botánica pertenece el grupo de verduras con las propiedades más potentes que se conocen contra el cáncer y otras enfermedades: las coles verde, lombarda y de Bruselas, el repollo, la coliflor, el brécol y la col romanesca.

Esta familia se completa con otras plantas de las que se consume la raíz por ejemplo el colinabo o el tallo como el colirrábano.

Los agricultores han ido seleccionando las variedades y hoy se parecen muy poco a lo que debieron ser las originales coles silvestres que crecían en las riberas del Mediterráneo o en Asia.

Las coles son originarias de Europa, donde han sido apreciadas desde antiguo. Para los romanos eran una especie de vademécum, pues durante 600 años dieron lugar a muchos de sus principales medicamentos.

Las coles combinan compuestos antioxidantes, indoles o isotiocianatos. Los dos últimos son glucosinolatos, o compuestos del azufre.

Junto a los compuestos azufrados contienen también altas concentraciones de nutrientes esenciales. Durante el invierno, cuando no había frutas disponibles, constituían una fuente importante de vitamina C, siempre que se consumieran crudas o ligeramente cocidas.

100 g de col cruda aportan 120 mg de vitamina C. Si está cocida, 41 mg.

Además ofrecen vitaminas del grupo B, vitamina A en forma de betacaroteno, ácido fólico, selenio, hierro, calcio, magnesio, potasio y distintos flavonoides en dosis significativas.

Protegen del cáncer: el consumo regular de coles: col lombarda, repollo, coliflor, berza, coles de Bruselas, brécol, col romanesc reduce a la mitad la incidencia de cáncer de pulmón, estómago, colon y piel gracias a su combinación de antioxidantes y compuestos azufrados.

Estos últimos, a su vez, protegen el hígado y poseen propiedades antirreumáticas. Además, su riqueza en clorofila junto a su destacado aporte en vitamina C, favorece la asimilación del hierro combatiendo la anemia.

Las coles son ricas en ácido fólico, que previene la espina bífida durante la gestación.

Además en potasio, que controla la presión arterial; en calcio y fósforo, que fortalecen el esqueleto y equilibran el sistema nervioso; en magnesio, hierro y cobre y en betacaroteno o provitamina A, que favorece el buen estado de la piel y las mucosas.

La medicina natural y popular continúa recomendando el zumo fresco de repollo (media taza como desayuno) para curar las colitis, gastritis y úlceras de estómago y duodeno.

Sus efectos antiinflamatorios se aprovechaban incluso para aliviar los pechos doloridos durante la lactancia, aplicando emplastos sobre las zonas afectadas.

Si se padece hipotiroidismo, se recomienda consumir crucíferas crudas o ligeramente cocidas dos o tres veces por semana. Todas las coles son depurativas, remineralizantes y con propiedades desinfectantes.

Las variaciones de coles que existen es la consecuencia de los diferentes cruces (crucíferas). Sus variaciones dependen de que el cambio se haya producido en la raíz (colinabo), el tallo (colirrábano), en las hojas (repollos, berzas, coles rizadas) en la flor y los frutos (coliflor, brécol, col romanesca) o en las yemas (coles de Bruselas).

Brécol: con nutrientes concentrados y el anticancerígeno sulfurofano. Col lombarda: de sabor dulce, es rica en betacaroteno. Resulta diurética y laxante. Repollo: variedad ideal para fermentar: el chucrut favorece la salud de la flora intestinal. Col de la olla: es la más adecuada para los reconstituyentes potajes de invierno. Coliflor: Está indicada en personas que deben seguir una dieta pobre en sodio, colesterol y dietas adelgazantes. Cruda no suele ser flatulenta. Berza: sabor fino, Ideal para caldos. Coles de Bruselas: de intenso sabor, ayudan a depurar, a fortalecer el estómago y a oxigenar mejor el organismo. Col romanesco: esta variedad italiana es la más vistosa de la familia por sus características increscencias en forma de flor. Rica en pectato de calcio, muy abundante también en las zanahorias, contribuye a controlar y disminuir el nivel de colesterol sanguíneo, beneficia los riñones, debido a su efecto ligeramente diurético y depurativo de toxinas.

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