Nueva alza de ímpuestos, munícipe insensible
El mal gobierno siempre obtiene crítica merecida, necesaria, coincidente, equitativa, popular y razonada.
Hoy haremos señalamientos y precisiones, de su insensibilidad nos ocuparemos después.
Su forma particular de entender y realizar un buen gobierno en nuestro municipio se ha reducido a una mala administración que justifica sus extravagantes excesos, minimiza sus cotidianos yerros, exculpa sus constantes faltas a la ley e ignora los errores del personal que debería obedecerla.
Indigna la incongruencia entre su decir y su hacer, daña aún mas el incumplimiento entre lo que prometió en su pasado peregrinar lastimoso de campaña y la forma prepotente y ostentosa como se comporta en su actual pontificar.
María, la crítica es un reflejo saludable que manifiesta un amplio sector de la sociedad en coincidente armonía con medios de comunicación y la opinión pública. Atiende a la simple exigencia de cumplir la obligación republicana de Gobierno, sin entrar en detalles sobre este tema, basta establecer de manera clara y categórica que los recursos públicos no pueden ni deben emplearse para mal gastarlos en cosas inútiles, en otras palabras no se puede tirar el dinero, no se puede perder en lo inútil o gastar en lo superfluo, menos aún el de los impuestos que se recibe sin esfuerzo o trabajo de su parte. Somos nosotros los ciudadanos quienes trabajamos para ganarlo. Los gobernantes nunca lo han ganado por contraprestación alguna, por ello nos perjudican sus excesos e indigna la forma en la que exhiben sus recientes lujos. El dinero lo reciben gratuitamente para administrarlo con honestidad, honradez, sensatez, responsabilidad y transparencia para beneficio de los habitantes de nuestro municipio.
No tienen derecho a despilfarros, tienen obligaciones con la ciudadanía que deben cumplir conforme la ley, a nosotros y a nadie más nos pertenece el derecho a decidir quienes y como deben gobernar. Los desplantes de autoritarismo deben terminar, igual los mensajes intimidatorios y las cobardes amenazas hechas por interpósita persona y perfiles falsos. El buen gobernante dialoga no censura, consensua no impone, acepta no rechaza, escucha no amenaza, demuestra no denuesta, invierte no despilfarra, ¿Qué parte de estas ideas no son explicitas? ¿Qué parte de este escrito no es claro? ¿Cuál es la parte que no se quiere entender?.
Indigna la forma en que exhiben sus recientes lujos, nos daña su gasto excesivo y excepcional, ésto nos perjudica, el beneficio y bienestar de miles de personas en el municipio no es una cuestión conceptual, es una realidad que tiene que ser atendida, los ciudadanos añoramos un Lerdo Próspero.
¿Hasta cuándo Maria Luisa?
Georgina Solorio de Olazábal
Lerdo, Dgo.
