Para el escritor estadounidense Mario Puzo, a quien se recuerda este lunes, a 98 años de su nacimiento, la felicidad residía en una buena comida, practicar tenis, apostar jugando, mirar el techo de su casa durante horas y escribir.
De esta última pasión dejó prueba fehaciente en 1969 cuando publicó su obra maestra The Godfather (El Padrino), sin imaginar el éxito que alcanzaría ni el millonario negocio que heredó a los estudios Paramount.
Hijo de inmigrantes italianos, Puzo, quien nació en Nueva York el 15 de octubre de 1920, llegó a ser considerado como el “escritor de la mafia” a partir del éxito de su novela El Padrino, cuyos derechos vendió a la citada empresa cinematográfica por unos 50 mil dólares, que con el paso del tiempo suman ganancias estimadas en unos mil millones de dólares.
No es gratuito pues que los herederos sanguíneos de Puzo quisieran revivir las viejas glorias del autor y hayan autorizado a un escritor estadounidense, Ed Falco, quien también es profesor de Literatura de la Universidad de Virginia, para escribir una nueva novela situada en los años 30, que narra las vicisitudes de Vito Corleone y sus hijos adolescentes, basada en historias del propio Puzo.
Sobre el asunto, el diario español El País publicó un artículo en el que da cuenta de la batalla que libran los herederos de Puzo con los estudios Paramount por la explotación de los personajes y la novela.
En él se señala que el argumento de Paramount contra este nuevo libro promovido por los herederos es que el acuerdo que Puzo firmó en 1969 vendía todos los derechos e intereses en derechos de autor de El padrino, incluyendo los literarios y de uso de los personajes creados por la historia para otros trabajos futuros, mientras que los herederos de Puzo sostienen que los derechos de futuros libros quedan fuera de aquel acuerdo.
Aunque finalmente llegaron a un acuerdo para publicar el libro de Falco, un juez de Nueva York sentenció que Paramount podrá hacer todas las películas que quiera sobre los personajes de El padrino, porque son suyos, aunque sigue sin aclarar a quién pertenecen los derechos para sucesivas novelas, lo cual aclarará otro tribunal.
Pero Puzo no fue escritor de un solo éxito, aunque tampoco fue demasiado prolífico, en su carrera se cuentan novelas como The dark arena y The Fortunate Pilgrim, que tuvieron buena acogida y prepararon el terreno para su éxito definitivo con El Padrino.
Después de ese best seller escribió Los documentos de El Padrino (1971), En el interior de Las Vegas (1976), Los tontos mueren (1978), El Siciliano (1984), La cuarta K (1991), El último Don (1996), Omertá (1999) y su obra póstuma Los Borgia (2001).
No obstante, El Padrino ya lo había consagrado para la posteridad, pues además de su éxito en ventas, ganó dos premios Óscar por su trabajo de co-guionista de la primera y segunda parte de la trilogía.
De acuerdo con la biografía que publica una conocida enciclopedia colaborativa en línea, entre las cosas que destacan de Puzo están que tuvo éxito describiendo con maestría un medio que realmente desconocía, pues nunca tuvo contacto con el medio del crimen.
“De hecho -según sus propias palabras- Don Corleone era un personaje que lo espantaba. Además decía que su mafia era una versión romántica del mundo criminal real. ´Si hubiera estado en la mafia jamás habría tenido que escribir´”.
Mario Puzo, destacan sus biógrafos, fue el único superviviente acusado de romper la Omertà (pacto sagrado siciliano de silencio).
En sus últimos años, Mario Puzo padecía diabetes y había sufrido una cirugía de corazón en 1992. Su muerte sobrevino el 2 de julio de 1999, en su casa de Long Island. Le sobrevivían su esposa Carol y sus cinco hijos.
