Confrontados. Los grupos insurgentes dirigieron cada vez más ataques específicamente contra la población civil. (EFE)
El conflicto afgano ha provocado la muerte de 2.798 civiles en lo que va del año, un 5 % más respecto al mismo periodo del año anterior, según el informe publicado ayer por la Misión de las Naciones Unidas para Afganistán (Unama).
El nuevo informe de la ONU, que documenta el número de muertos y heridos entre la población civil, abarca el período comprendido entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2018.
El número de civiles heridos, 5,252, disminuyó sin embargo en un 3 % respecto al mismo período del año pasado. El informe señala que la principal causa de los civiles muertos y heridos en el conflicto armado sigue siendo el uso de artefactos explosivos improvisados (IED, en inglés) por parte de elementos antigubernamentales.
Durante los primeros nueve meses del año los grupos rebeldes causaron concretamente 5.243 víctimas civiles (1.743 muertes y 3.500 heridos), lo que representa el 65 por ciento de todas las víctimas civiles.
De esta cifra, el 35 % se atribuyó a los talibanes, el 25 % al grupo yihadista Estado Islámico (EI) y el 5 por ciento a grupos antigubernamentales "no identificados".
La Unama atribuyó 1.753 víctimas civiles (761 muertos y 992 heridos) a las fuerzas a favor del Gobierno, entre las que se incluyen las tropas internacionales, un aumento del 9 % con respecto al período correspondiente a 2017. El jefe de Unama, Tadamichi Yamamoto, renovó en el informe su llamada a "poner fin al sufrimiento del pueblo afgano".
