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¡Qué no llueva, Dios mío!

Que las lluvias son una bendición, es relativo; pregúnteles a quienes han sufrido los estragos de una inundación. A veces llueve sobre mojado, es entonces cuando cambia la perspectiva.

!Qué fácil es opinar sobre un problema que no afecta a quien opina!

Bien dicen que “cada uno habla de la feria según le va en ella”; pues ahora que han están bajando las aguas, ya se reunieron los jefes y analizando el problema, según dicen, la solución a los problemas de inundación no es un drenaje pluvial, sino arreglar el drenaje sanitario, el cual está caído en varios puntos de la ciudad.

El ex gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, quien también durante su administración como alcalde de Torreón sufrió las demandas de la población afectada por las inundaciones de lluvias “atípicas”, que por cierto ya no lo son tanto, retomó la necesidad de un drenaje pluvial. Me pregunto, ¿por qué no resolvió él ese problema cuando fue alcalde? Prefirió obras que le redituaran puntos como político: el teleférico y el Metrobús, el cual por cierto está saliendo (como todas las obras del gobierno), más costoso que lo presupuestado; y de tiempos de terminación de la obra ni hablamos. Bueno, pues ahora él es quien propone un drenaje pluvial, mientras que el Instituto Municipal de Planeación y Competitividad (Implan) propone una rehabilitación de los cárcamos; o sea remendar un viejo pantalón en lugar de hacerlo nuevo.

Según el Implan, existen en Torreón 17 sistemas de captación y 10 colectores pluviales, los cuales con el debido mantenimiento podrían ser la solución para los puntos de mayor inundación en la ciudad. Esta medida costaría no más de 4 mdp, y resolvería el problema hasta en un 70 %; mientras que un nuevo drenaje pluvial costaría entre 40 y 50 mdp.

Costara lo que costare, ¿para qué es entonces la gestoría? Si el ex gobernador, el alcalde y hasta el ya nombrado Coordinador General del Gobierno Federal para el Estado de Coahuila, el abogado litigante y activista Reyes Flores Hurtado, son de Torreón. ¿Si no es ahora, cuando?

Ya es tiempo que Torreón se ponga las pilas y se hagan obras que verdaderamente beneficien a la sociedad en general, no sólo enfocarse en la ornamentación que a fin de cuentas derivan en problemas de otra índole; por ejemplo el paseo Morelos, donde de noche es una réplica de lo que fue la antigua zona roja, sólo que ahora las “chicas” son por decisión no por nacimiento. Los arreglos a la tradicional Colón dejan mucho que desear; y para atender algún asunto en la presidencia hay que subir una escalinata propia de las antiguas pirámides, que por cierto son un martirio para la gente de la tercera edad. Pregúntome, ¿Por qué no piensan en la gente? ¿Por qué esas decisiones en contra del sentido común? ¿Será megalomanía?

Son ya varios años consecutivos que la región lagunera sufre de “lluvias atípicas”, las que cada vez son más intensas y, obviamente, mayores los daños. ¿Cuándo se dará una solución definitiva? ¿Darán una solución temporal que seguramente habrá que estar gastando del erario público periódicamente en mantenimiento?

A grandes males, grandes remedios, reza el dicho; y en este caso, el problema no es de ahora, y aunque las inundaciones no se comparan con las que han sufrido otras entidades, no por ello vamos a minimizar las afectaciones, que por cierto sufrimos todos: automovilistas y transeúntes, y sobre todo las colonias de la parte sur y sur-oriente de la ciudad.

Héctor García Pérez

Comarca Lagunera

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