Hay directores técnicos y payasos. Miguel Herrera es un payaso que dirige. Nadie podrá negarle sus títulos en el futbol mexicano, sin embargo, desde su época de jugador se le conoce por ese carácter fuerte y desordenado. Hoy, viste bonitos trajes desde su área técnica, pero no ha dejado de dar un espectáculo aparte.
El entrenador de las Águilas del América dijo ayer, al finalizar el clásico nacional, que solo "hubo un equipo sobre la cancha". Obviamente, se refería al suyo.
"América fue el único que hizo todo por ganar. Que no los engañen y vean cuántas veces tocó el balón (Agustín) Marchesín y cuántas su portero. Que la figura haya sido (Raúl) Gudiño habla de lo que fue el partido", aseguró.
Lejos de tratarse de un análisis exhaustivo y objetivo, me parece que lo que hace Herrera (consciente o inconscientemente) es llamar la atención. Nada más.
Cual "niño chiquito", el entrenador del América encuentra la manera de dejar lo futbolístico de lado de vez en cuando para atraer las reflectores y las portadas de los periódicos; "es parte del show", y ha encontrado en el "Nido de Coapa" el escenario perfecto; no nos extrañe verlo en un futuro no muy lejano en alguna serie o telenovela de Televisa... (¿aún existen las telenovelas de Televisa?). Cuestión de estilos.
Y mientras sus esfuerzos se reflejen en resultados, el "Piojo" seguirá teniendo trabajo en la Liga MX. Quizá no en un equipo como Santos Laguna, donde el perfil del entrenador es otro, pero siempre habrá chamba en México para un director técnico ganador. Quién sabe si le alcance para regresar a la Selección Mexicana, luego de andar encarando a comentaristas.
Y que no se malentienda mi comentario, a mí Herrera me cae muy bien.
En una ocasión, cuando era técnico de Rayados, pude saludarlo a la salida del estadio Corona (el viejito, del cual ya no quedan ni cenizas) y le pedí un favor: "Miguel, ¿le puedes hablar a Verdirame (su auxiliar)?".
Herrera subió al camión que transportaba al equipo y gritó: "Sergio, te hablan acá abajo".
Y así fue como pude saludar a mi ídolo de la infancia.
Por otro lado, tenemos a Maradona. El "10". El "Pelusa". Ha llegado a un equipo de segunda y el mundo lo voltea a ver al punto que un jugador anota tres goles en un partido y las cámaras enfocan al "Diego". Sus caras, sus reacciones y miradas perdidas parecen ser la noticia.
Pero démosle tiempo, a ver qué puede hacer con Dorados.
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