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Del 2 de octubre a Ayotzinapa

ACTITUDES

JOSÉ SANTIAGO HEALY

La falta de una cultura legal y la desconfianza permanente de los mexicanos hacia sus autoridades, ha provocado enormes daños a México y a su sociedad.

¿Cuántos años hemos gastado en discutir sobre el autor o los autores de la masacre de estudiantes del 2 de octubre de 1968 sin poder llegar a una firme conclusión?

La ausencia de una investigación seria junto al ocultamiento de los hechos por parte de las autoridades, causaron por décadas un desgaste y una irritación social que salta a la vista en la conmemoración de cada aniversario.

El tema entre los mexicanos no se centra en cómo el 02 de octubre sirvió que cediera la represión oficial y el sistema autoritario años más tarde.

La discusión se enfoca en reclamar la falta de una explicación verídica en estos lamentables hechos y más allá todavía en la ausencia de castigo para los responsables de la muerte de cientos de estudiantes.

Situación similar ocurrió en torno al homicidio del político sonorense Luis Donaldo Colosio, cuya versión oficial del asesino solitario jamás convenció al grueso de los mexicanos.

Esa sombra de impunidad que cubre estos hechos ha sido quizás la principal razón de que México viva hoy en un día uno de los períodos más violentos y sangrientos de su historia.

Más de 120 mil muertos en doce años no son poca cosa. En San Salvador se hablaba de una cruenta guerra civil en los años 80 por llegar a 30 mil víctimas en diez años.

Esta semana se recordó el cuarto aniversario de la amarga tragedia de 43 estudiantes de Ayotzinapa, presuntamente asesinados y luego incinerados por un grupo criminal en contubernio con la Policía y las autoridades locales de Iguala, Guerrero.

Fueron tantos enredos en las investigaciones, así como versiones de las diversas autoridades que hoy en día no se acepta el veredicto oficial que dio en su momento la Procuraduría General de la República a pesar de que existen 131 personas arrestadas.

Peor todavía, un buen número de los familiares de los 43 estudiantes desparecidos sigue creyendo que sus hijos están recluidos en alguna cárcel o cuartel militar cuando resulta por demás obvio que estos jóvenes fueron asesinados.

¿Por qué las autoridades mexicanas no son capaces de realizar las investigaciones de los hechos con tal profesionalismo y objetividad que no nos quepa duda de sus conclusiones?

Para echarle más leña a la hoguera, el presidente electo Andrés López Obrador, anunció la creación de una comisión de la verdad que prolongará la agonía de los padres de familia y dará pauta a que surjan nuevas versiones de lo acontecido en los próximos años.

Pero de ahí a que se encuentren nuevos culpables se vislumbra harto difícil por la sencilla razón de que ya pasaron cuatro años de los hechos y por lo mismo resultará complicado encontrar nuevas evidencias.

El próximo gobierno está obligado a acceder a los reclamos de justicia de las familias de las víctimas, sin embargo, veremos si logra descubrir una nueva "verdad histórica".

En México tenemos que trabajar y mucho en desarrollar una verdadera cultura de legalidad que surja desde los primeros años de la educación. Respetar y defender las leyes es un imperativo nacional, desde el simple hecho de reprender con severidad al estudiante que copia en clase hasta castigar actos ilícitos como el uso de "carros chocolates".

Desde luego la autoridad debe poner siempre el ejemplo, vivimos en un país donde los funcionarios manejan a su antojo los recursos públicos mientras que el ciudadano común y corriente sufre las de Caín para pagar la luz, agua, renta y los alimentos.

ALGUNAS NOTICIAS

Quienes defienden el super jet presidencial Boeing 787 tragaron gordo con la noticia de que Peña Nieto y su comitiva se quedaron varados en Nueva York por una falla en el sistema de computación de la nave. Sucede, pues, hasta en las mejores familias… Le salió barato al exgobernador Javier Duarte la sentencia de nueve años de prisión, misma que le permitirá dejar la cárcel en tres años y un mes más si no es que antes. Se le decomisaron 41 propiedades, entre ellas tres departamentos en Bosques de Santa Fe, dos en la colonia Polanco y un edificio en Lomas de Chapultepec de la ciudad de México. Le dejaba, pues, buenos dividendos su carrera política.

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