Apenas ayer llegan imágenes, videos y notas sobre las copiosas lluvias que han caído al norte y centro de Sinaloa, que ha colapsado la capital de ese bello estado costero. Culiacán está viviendo una verdadera emergencia, tal como la que apenas acabamos de pasar acá en La Laguna. Quizá sea más grave allá, puesto al tener ríos vivos que cruzan la capital sinaloense, las crecidas de esos afluentes acarrean una gran destrucción. También el sur de Sonora está siendo afectado por torrenciales, pero en esa zona no hay centros urbanos como la propia ciudad de Culiacán.
En La Laguna la emergencia ha pasado por lo pronto, por su puesto los daños ahí están, el daño patrimonial a miles de familias no se reponen en semanas. No es tan fácil. No se han acabado de recabar los datos para hacer las reclamaciones al Fondo de Desastres Naturales y ya está en la palestra la discusión por los daños al pavimento.
Se está hablando de alrededor de 30 mil metros cuadrados de daños a la carpeta asfáltica de Torreón producto de las pasadas lluvias en la región. El pavimento de Gómez Palacio, Lerdo y resto de la Comarca evidentemente también sufrió severas destrucciones.
Ante esta situación el presidente municipal de Torreón, don Jorge Zermeño Infante se apresuró a puntualizar que el asfalto dañado no es nada de lo que su administración ha aplicado en estos meses. Con seguridad, Zermeño Infante garantiza que su pavimento no tiene daño alguno, que a las inspecciones se somete.
Más allá si el alcalde de Torreón tiene razón o no y que hay que reparar los baches creados por las aguas recientes, no se debe perder de vista el gravísimo daño que vivieron miles de laguneros hace apenas unos días atrás.
Las inundaciones destructoras que se acaban de vivir, fueron producto claro de lo copioso que resultaron los aguaceros pasados, pero mayormente porque simplemente en Torreón (y por supuesto en La Laguna en general) se carece de drenaje pluvial, pero además de eso, como ya se ha dicho, el drenaje sanitario está colapsado, lo que simplemente profundizó la crisis que se acaba de vivir en nuestra tierra.
Si hace una semana en este espacio se clamaba para hacer votos para que se aprovechara que los tres órdenes de gobierno que existe en el Estado Mexicano son de esta tierra, ya sea por nacimiento o por adopción. El alcalde por lógica representa a su municipio, pero después de 50 años también el poder estatal está encabezado por otro lagunero, el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís quien conoce a detalle Torreón, ciudad que lo vio nacer y que además ya gobernó.
Y ahora con la novedad de la próxima administración federal en el que la expectativa es que sea un cambio de verdad y en el cúmulo de propuestas del presidente electo, ha dicho que en todas las entidades federativas habrá de designar una especie de superdelegado, quien estará vigilando el desempeño de todas las delegaciones federales de cada entidad federativa. Para Coahuila, el torreonense Reyes Flores ha sido designado por el próximo primer mandatario, como cabeza de la federación en su ámbito coahuilense. Las condiciones están puestas.
Así pues antes de que nuevamente se dé eco a la necesidad de reparar el pavimento, que está a la vista de todos no se puede dejar de señalar que la prioridad es reparar el drenaje sanitario, a no sea que una vez más a los gobernantes les importe un bledo que hasta que vuelva a llover (que por cierto, puede ser la próxima semana) y prefieran la renta política que deja hacer una pavimentación con un despliegue aparatoso, que respetar a las colonias que se inundan con agua de lluvia, y con agua de con caca del drenaje.
