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Soluciones simples a problemas complejos

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

Hace unos días coincidí con un grupo de amigos que hacía tiempo no los veía, el tema de la conversación se dirigió rápidamente al de las inundaciones que aún estaban ocasionando estragos en el grupo de la población más afectado. Uno de los presentes que le había ido como en feria en las lluvias torrenciales pasadas, de hecho fue uno de los muchos damnificados que tuvieron que salirse de su casa, comentó en broma que su esposa estaba feliz porque iba a estrenar muebles, aunque todos festejamos la broma, entendimos también entre líneas, por lo que había pasado él y su familia. Después de que el grupo se disolvió, continuó caminando conmigo un excompañero de trabajo que hacía tiempo no veía, y me preguntó ¿sabes por qué en los ejidos nunca nos inundamos? Sin mayor reparo contesté que la ausencia de pavimento y la cercanía de los cultivos amortiguaban lo suficiente como para no inundarse. Es cierto, contestó, pero en eventos como los aguaceros que mantienen su intensidad bastante tiempo, o cuando nos cae una tromba en pocos minutos, entonces tenemos que actuar rápido porque el agua se puede meter hasta las casas.

Lo que nosotros hacemos es muy simple, agregó, sacamos nuestras palas laguneras y en aquellas partes, que ya sabemos que se inundan, construimos una zanja hasta una acequia y se acabó el problema. El agua que nos iba a inundar se queda en las acequias o si es mucha, se sigue hasta las parcelas.

Alguien puede estar pensando que nuestras áreas urbanas no cuentan ni con los componentes del ejido ni con las condiciones para aplicar esta sencilla solución. Sin embargo, no es de ninguna manera excluyente. A mi me parece que tiene una gran factibilidad si se estudia cada caso, esto es, si se hace planeación y además se cuenta con la participación y anuencia de la comunidad para trabajar en su espacio alternativas similares a la del compañero ejidatario, esto es fundamental, la gente tiene que opinar, finalmente son los más afectados con lo que se haga o se deje de hacer.

Si hacemos primero un recuento de los componentes que se tienen en un asentamiento ejidal, podemos entonces darnos cuenta de lo que tenemos que buscar o construir en las zonas inundables: cuentan con suelos permeables, con acequias y seguramente con cultivos. En la zona urbana, en particular en las diferentes colonias, que fueron construidas recientemente (esto es relativo), por reglamento debieron ser dotadas con áreas verdes, generalmente una plaza, o por lo menos se debe contar con el espacio desocupado. Este puede ser el primer componente de infraestructura verde que tenemos que considerar, ya que, pensando en voz alta, se podrían construir acequias que conectarían a las plazas, en las que previamente se mejoraría el suelo para hacerlo más permeable y se incorporarían árboles y arbustos nativos que no demandarían riego en el período seco. Las plazas deberán estar preparadas para recibir y captar el agua de las acequias y de las calles circundantes y no al revés como ocurre actualmente. No debe asustarnos esto, el bosque Venustiano Carranza desde su origen fue pensado de esta manera para recibir el agua de las calles circundantes.

Las acequias coadyuvarían en el control de las corrientes si se dotaran con vegetación nativa en sus bordes, en algunos lugares pueden adoquinarse y poner jardines a los lados junto a caminos o banquetas peatonales en donde se podría pasear y disfrutar de un momento de naturaleza, o podrían ser simples canaletas por las cuales se conduciría el agua hasta las plazas. Esto es solamente una idea que puede funcionar en aquellas colonias totalmente asfaltadas y que sólo cuentan con una plaza o terreno para la misma.

En las colonias donde se cuenta con terrenos sin asfaltar son muy recomendables las estructuras que se describen en el Manual de Infraestructura Verde para Comunidades del Desierto Sonorense, del Watershed Management Group. Por ejemplo, las zanjas de bioretención podrían construirse en todos aquellos puntos que no tengan asfalto y se encuentren en torno a las zonas inundables. Estas son áreas de captación de agua que tienen un borde rocoso y plantas nativas, las cuales, además de restarle agua al pavimento, se ven bien adornando la calle con jardines funcionales.

Como puede verse, la Infraestructura Verde se apoya en los parques y jardines, las calles y plazas arboladas, los camellones de bulevares, estanques o a´reas de juego y, en general, cualquier superficie permeable o susceptible de aumentar su permeabilidad, son algunos de los espacios y elementos que constituyen la Infraestructura Verde Urbana.

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