Semana especial ésta que acaba de terminar. La mejor manera de mezclar la historia de Santos Laguna con el pasado reciente (si se me permite la expresión) han sido las distinciones a Juan Flores y Rafael Figueroa como "Guerreros de Honor". La presencia del fino delantero centro hondureño agitó hermosos recuerdos en todos los que tuvimos el privilegio de seguir paso a paso su historia en el equipo de la comarca, tiempos heroicos de grandes carencias y de futbolistas qué como última opción para jugar en primera división, no les quedaba más remedio que aceptar las reducidas ofertas del club lagunero.
Platicando con Juan me comentaba que el equipo consciente de sus limitaciones (sobre todo de visitante) le apostaba a máximo dos llegadas al área rival por partido, ¡no más! Me explicaba: "Si no era una galopada de Dolmo, era una individual de Ramón, y yo a cazarlas y aprovecharlas, no había de otra" la mayoría del tiempo de los partidos era Juan corriendo y marcar a los que salían del equipo contrario. Aun así, el catracho se las arreglaba para anotar con asombrosa frecuencia tomando en cuenta las circunstancias. Incluso se apuntó un hat trick en aquella memorable remontada contra el Veracruz perdiendo 1-3 y culminada con aquel remate de "palomita" a centro de "Choque" Galindo que provocó una explosión de júbilo en el Corona viejito y casi el infarto del entrenador Don Roberto Matosas padre de Gustavo actual DT perdido sabrá Dios dónde.
Otro momento icónico de Juan fue el gol de "chilena" al Puebla y aquella victoria en el Tec de Monterrey contra rayados, los regios eran una aplanadora, de hecho, así los apodaban. Santos se hundía en la tabla rumbo a un inminente descenso, nadie, absolutamente nadie daba un céntimo por los "chorreaditos" como les llegó a llamar su propio entrenador Rubén Maturano. Partidazo, Santos sorprendió y lo ganaba 0-2 al minuto 7 con goles de Morresi y Lupe Rubio. El Abuelo, Missael y Hermosillo le dieron la vuelta y de manera increíble los laguneros respondieron para empatar a tres con gol de Chelino Pérez y faltaba lo mejor, penal a favor de Santos al ochenta, ¿Quién lo tira? ¿Ramón? ¿Marcelino? ¿Kamakán? ninguno quiso, la gran responsabilidad de culminar la sorpresa de la temporada. ¿Y entonces? Pues dénsela al "9", Juan tuvo que apechugar y terminó batiendo a Gustavo Moriconi para cerrar el 3-4 que hizo añicos la quiniela.
A los 33 años, Juan Flores Madariaga se lastima la rodilla derecha faltando siete jornadas para terminar la temporada 92-93, su lesión necesitaba parar y operarse, así de simple, pero le piden sacrificarse y jugar con dolor e infiltrado el cierre de la competencia y Juan pasa de las palabras a los hechos en cuanto a su compromiso con el club, acepta y "se mata" poniendo en riesgo el resto de su carrera, lamentablemente su sacrificio le pasa la factura, cuando lo intervienen se dan cuenta que se habían presentado tres lesiones extras a la original provocadas por la actividad cuando urgía operarse. Flores ya no está para la 93-94 cuando el presupuesto salta astronómicamente, el destino de Juan en Santos fue siempre la penuria, regresó a su patria, después Matturano quizás por remordimientos lo invita al Irapuato, pero Juan se hartó de jugar con dolor crónico y decidió retirarse.
Gracias a Juan y sus encomiables compañeros (encomiable: hecho humano que merece ser alabado) se mantuvo la categoría y por ende los cimientos de esta hermosa realidad que vivimos celebrando los 35 del equipo de la región Lagunera. Y el partido tenía que ser domingo a las cuatro para que Juan no extrañe. Hoy lleguemos temprano al estadio y aplaudamos como se lo merecen a Juan y a Rafa, jugadores de Santos que cada quien en su tiempo llegaron a un último partido que perdiéndolo descendían. Rafa al contrario de Juan saboreó y de cada manera también los títulos, de hecho, es el santista con más campeonatos, tres ligas y una Copa. Honor a quien honor merece dicen, y hoy honremos a dos Guerreros de honor. Nos vemos en el Corona.
