EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Angustia: jubileo y actualidad

LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ALVAREZ PHD

La "Angustia" se define como congoja, aflicción; estado de agitación, zozobra o intranquilidad causado por algo desagradable o por la amenaza de una desgracia o un peligro. Psicológicamente es un estado emocional intenso muy desagradable. Generalmente aparece como reacción ante el miedo o un riesgo desconocido.

El 15 de septiembre de 1968, justo hoy ha cincuenta años, la Comarca Lagunera vivió una de sus peores crisis. El ciclón "Naomi" derramó lluvias torrenciales en toda la región; especialmente en la sierra, provocando rebosamiento de la presa Lázaro Cárdenas (palmito). De ella fluían corrientes diluviales que bajaban arrasando todo a su paso por el lecho del río Nazas y sus inmediaciones, muchas de las cuales habían sido ocupadas por comunidades, olvidándose que "El agua tiene memoria" y siempre reclama sus dominios". Anteriormente había habido problemáticas idénticas: Una avenida de aguas broncas en 1868 destruyó el primer torreón; gran inundación de 1917 y en septiembre de 1958, otra cubrió toda la región hasta el sur de Chihuahua.

En 1968 infinidad de ejidos fueron devastados, al igual que múltiples colonias urbanas en Torreón y Gómez Palacio, donde el agua penetró en viviendas y empresas, siguiendo hacía su casa original: la laguna de Mayrán. El ejército hubo de hacerse cargo de la situación, obligando literalmente a los habitantes de las áreas afectadas a salirse de sus casas ante el inminente peligro del anegamiento total. Se cerraron vialidades que comunicaban La Laguna con el resto del país, incluso, el Puente Naranja, única vía entonces entre estas dos ciudades se cerró. Era impresionante ver calles y casas sin personas; parte de Torreón parecía "Ciudad Fantasma". El río Nazas y canales (Tlahualilo y "Coyote" =hoy bulevar Constitución=) mostraban la fuerza y velocidad de las corrientes. Destacaron acciones humanitarias como la Cruz Roja e infinidad de voluntarios laguneros.

La naturaleza lo mismo nos da todo que nos quita mucho, pero nosotros, al querer aprovecharla ilimitadamente, la dañamos y ella nos responde. Somos responsables del colapso; destacando la corrupción de autoridades de todos los niveles y de todos los tiempos; como el cegar los canales Concha y San Antonio hoy bulevar Independencia que con el del Coyote, podrían haber sido abovedados y así evitar lo que hoy sufrimos.

Cuando era gobernador Eliseo Mendoza se "invirtieron" diez mil millones de pesos de entonces en hacer un "Drenaje pluvial" que jamás funcionó: unas zanjas en el bulevar Revolución que se cubrieron con rejillas metálicas que luego desaparecieron y se obturó la zanja.

Construcción de unidades habitacionales en lugares que eran vegas o lugares bajos que con cualquier lluvia se inundan, muchos de ellos casi impermeables que tarda semanas el agua en resumirse; otros en lugares peligrosos donde se presentan abras porque no hubo estudios de suelo. Entre la avaricia de los constructores que utilizan materiales de baja calidad y la corrupción de los funcionarios estatales y municipales que entregan licencias irrumpieron edificaciones sin la debida compactación o cárcamos adecuados.

Frente a esa terrible situación encontramos irresponsabilidad en uso ineficiente y desviaciones de fondos públicos. Casos precisos: Tres mil millones de pesos en luz LED que cuando llueve se apaga y sus cables superficialmente enterrados, son dañados por el agua. Un teleférico ornamental que no ha servido más que para presunción del actual gobernador debiéndose haber utilizado dichos recursos en aliviar los graves problemas que sufren decenas de colonias cada vez que llueve. 1,700 millones en un "metrobús" que tiene meses de retraso y que difícilmente pondrá de acuerdo a los transportistas; con la tercera parte de esa inversión habría solucionado los problemas de miles de familias afectadas por falta de un drenaje pluvial; pero esa obra no luciría porque va enterrada y lo que quieren los gobernantes es su esplendor.

Esta situación genera angustias sociales como en aquellas madres que ven al Sideapa descargar aguas pluviales dentro de un plantel escolar; en vecinos de decenas de colonias que cada vez que llueve ven sus casas inundadas, peligrando sus vidas y dañando irreversibles sus bienes. Abras en diferentes lugares y que nadie sabe dónde más pueden aparecer. Enfermedades desde simples resfriados hasta dengue y cólera, pasando por problemas gastrointestinales debido a la calidad del agua estancada y contaminación con animales y parásitos. Manoseo de los fondos del ISN que se le entregaron a la administración estatal y que no se ha hecho nada con ellos; el actual gobernador, cuando era presidente municipal prometió, el 2 de agosto de 2016, que aquellos recursos irían al drenaje pluvial; hoy, 2 años después, el secretario de Infraestructura estatal, entonces responsable del mismo, declara no necesaria dicha obra para Torreón. ¿Qué estará planeando con esos fondos destinados a evitar inundaciones?

Las prioridades de Coahuila están enfocadas al lucimiento de sus gobernantes, no a satisfacer necesidades populares; entre 2017 y 2018, pagó 6,412 millones en puros intereses de los 38,000 millones de la megadeuda; es decir diez millones diarios; además, durante el moreirato manejaron cientos de miles de millones de pesos: ¿dónde se invirtió ese dinero? Administrado honesta y eficientemente tendríamos drenaje pluvial.

¿Cómo dirigir lo que se tiene para desarrollar a la comunidad e impedir lo que la daña? Fácil: Reducción de recursos al IEC y a partidos políticos; dejar en cero el gasto de publicidad e imagen del gobernador; si hace el bien social, no la necesitará; El alcalde de Torreón que ha demostrado una verdadera cercanía con los afectados e interés por ellos, puede ahora demostrar su sensibilidad social, parando lo ornamental como el remozamiento de la Colón y sumar ese capital a la creación de un drenaje pluvial no enano, sino pensado en el crecimiento de la población y futuras contingencias que cada día serán más intensas y continuas. Esperamos un manejo honesto y eficiente de los recursos del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN) y que lleguen realmente a los damnificados.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ÁLVAREZ PH.D.

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1499392

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx