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Woodward contra Trump

Sin lugar a dudas

Patricio de la Fuente
La libertad de opinión y expresión, que es sagrada, sólo puede existir en el contexto y el caldo de cultivo del decoro, la buena educación, el buen gusto y el respeto a la dignidad de las personas".

— Fernando Sánchez

"Fear: Trump in The White House", es ya el libro número uno en plataformas digitales como Barnes and Noble y Amazon. Cuando aparezca en los estantes y otros puntos de venta, seguramente se convertirá en un fenómeno. La editorial que lo publica sacará al mercado, tan sólo en la primera entrega, un millón de copias.

Para infortunio del presidente de Estados Unidos, dicha obra no pudo haber llegado en peor momento. Y es que en exactamente dos meses, hacia noviembre, se celebrarán elecciones intermedias para renovar a la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Históricamente, los comicios intermedios sirven también a modo de referéndum o desaprobación al mandatario en turno.

No es que una obra literaria pueda alterar el resultado de la elección, pero sí influye en términos de percepción y suma al cúmulo de imponderables y escándalos que hoy tienen en vilo, tanto al Partido Republicano como a la propia administración Trump. Léase la presunta intervención rusa en las elecciones, los amoríos presidenciales, testimonios de colaboradores que describen a Trump como un narcisista, desequilibrado, etcétera: todo ello mina su base de simpatizantes.

Sin todavía haber leído "Miedo: Trump en la Casa Blanca", podemos asegurar que no se trata de otro libelo de chismes e intrigas políticas. Su autor, Bob Woodward, ha ganado dos Premios Pullitzer y es uno de los periodistas más influyentes y respetados de la historia moderna. Con esta última entrega, Woodward provocó un auténtico cisma en Washington, cuyas consecuencias aún no podemos advertir del todo.

Iracundo y fuera de sus cabales, Donald Trump salió a desacreditar la obra de Woodward. "El libro de Woodward es una broma. Sólo otro ataque contra mí, en una lluvia de ataques, usando fuentes desacreditadas anónimas sin nombrar", expresó el presidente vía Twitter.

Como es previsible, el Gobierno y la Casa Blanca intentarán manchar el buen nombre de Bob Woodward con toda clase de artimañas. Pese a ello, anticipo que el periodista saldrá victorioso. Cabe recordar que a principios de los años setenta, gracias a su extraordinario olfato y tenacidad, Woodward y Carl Bernstein, entonces dos muy jóvenes reporteros del legendario Washington Post, cayeron en la cuenta de que un robo en apariencia menor a las oficinas del Partido Demócrata, podría tener implicaciones de gran calado.

Con la reticencia inicial de sus editores, Woodward y Bernstein fueron construyendo una red de fuentes e informantes de primer nivel que los condujo a la certeza de que los hombres más cercanos al presidente de Estados Unidos, incluyendo al propio Richard Nixon, habían autorizado la sustracción de documentos de las oficinas del oficinas del Partido Demócrata. Pero no sólo eso: en el inter también descubrieron una red de financiamiento ilegal para la reelección del presidente, que las conversaciones en la Oficina Oval eran grabadas y que diversas acciones del propio mandatario y sus colaboradores cercanos eran violatorias de la Constitución, además de constituir actos criminales. Una de las mejores investigaciones periodísticas de todos los tiempos, desembocó en la renuncia de Nixon y generó una de las crisis políticas más profundas de las que se tenga memoria.

Esto no es Watergate, Trump está lejos de ser Nixon, pero sí deseo apuntar la importancia y el simbolismo detrás de un periodista de investigación de los tamaños de Bob Woodward, alguien que además a estas alturas no va a dilapidar su enorme prestigio y reputación escribiendo infundios.

Aunque cualquier obra se basa en una combinación de veracidad y percepción, Woodward cuenta con informantes de primer nivel y no suele publicar una historia hasta tener confirmación de segundas y terceras fuentes. Juzgando por el rigor y metodología a la que se ha ceñido en todos sus libros, "Fear" será imperdible y necesario para entender a cabalidad una presidencia singular, estrambótica y despiadada como pocas.

"Fear describe el perfil de un mandatario inculto, colérico y paranoico. Perfila a una Casa Blanca llena de asesores alarmados y frustrados que intentan contener a diario los impulsos más extremos del errático e iracundo presidente de Estados Unidos…".

Fear narra la tarea a la que se avocan los hombres más cercanos a Donald Trump: salvar a la República de su propio presidente.

"Fear" es ya una bomba…

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