Diego Armando Maradona, el mejor futbolista en la historia (para muchos), está de regreso en México, donde consiguió el máximo honor con la "Albiceleste".
El famoso "Pelusa" es un fenómeno dentro y fuera de la cancha; y mientras la clase le sobra dentro del campo, fuera de él, no sabe ni cómo se come.
Como sea, Diego Armando llegó a México para hacerse cargo de un equipo con serias aspiraciones a lograr el ascenso a Primera División. Hace más de 10 años me tocó ir a trabajar a Culiacán, una bonita ciudad en el noroeste del país (aunque para los norteños de esta parte no nos parezca así), con un calor "pegajoso", llena de mujeres guapas y personas trabajadoras, enmarcado todo en un ambiente ligado al narcotráfico desde hace mucho tiempo.
El equipo Dorados tenía apenas unos dos años desde su fundación, pero había sido bien recibido; como en todo el norte, la afición se engancha rápido y la pasión no tarda en aflorar. El Estadio Banorte no estaba terminado entonces (ignoro si ya lo está), pero era suficiente para albergar partidos del máximo circuito.
Era fácil conseguir playeras del equipo de casa, tanto por el precio como por su accesibilidad; estaban en todas partes. El equipo jugó en Primera, se salvó y dos años más tarde descendió.
Luego volvió a lograr otro ascenso, aunque de nueva cuenta no logró permanecer mucho en la máxima división.
Dorados pertenece al grupo Caliente; ahora no tiene problemas en cuestión financiera. En su historia ha tenido el "atino" de contratar figuras mediáticas, como cuando trajo a "Pep" Guardiola en el ocaso de su carrera bajo las órdenes del técnico español "Juanma" Lillo. Hoy le apuestan a Maradona, un motivador antes que estratega, un hombre de futbol y polémica.
El "10" mueve a las masas y llena de optimismo a quien se cruza en su camino, como lo demostró a su llegada a Culiacán, donde convocó a cientos de aficionados y fotógrafos; "El Diego" está en casa y su paso por aquí no será desapercibido, independientemente de que llegue el éxito o no en lo deportivo.
Y de repente, el mundo del futbol voltea a una ciudad en el noroeste mexicano acostumbrada a la lucha por el narco, con un equipo de segunda y un motivador más que un estratega.
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