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Abuso Impune

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

El día de ayer la nota principal de El Siglo daba cuenta de que el alza indiscriminada que Comisión Federal de Electricidad ha aplicado a las tarifas eléctricas, principalmente en el ramo industrial, había ya afectado frontalmente los sistemas de abastecimiento de agua de las tres ciudades principales de la Comarca Lagunera: Torreón, Gómez Palacio y Lerdo.

En la conocida como ciudad jardín, Lerdo. Comisión Federal alegando falta de pago de los recibos correspondientes al SAPAL (así se denomina el organismo encargado de brindar agua potable y drenaje a esa ciudad) determinó suspender el suministro del fluido eléctrico en varios pozos de abastecimiento de la ciudad como medida de presión, provocando con ello una escasez de agua en amplias zonas de la ciudad, generando con ello la irritación de ese pueblo que protestaba ante la impotencia de su ayuntamiento que era incapaz de proveerles ese vital servicio.

Más allá que las finanzas del municipio de Lerdo siempre han estado en la precariedad, la decisión de Comisión Federal de Electricidad, empresa monopólica del Estado Mexicano de dejar sin agua un número importante de ciudadanos de Lerdo, es al menos cuestionable.

En el caso de Gómez Palacio, la entidad encargada de brindar el agua y saneamiento a la ciudadanía, el SIDEAPA, también ha resentido los incrementos a los monto a la tarifa eléctrica y si bien no se han reportado cortes en ese municipio al abastecimiento eléctrico, la alcaldesa Leticia Herrera con toda justicia ha alzado la voz para protestar de los desproporcionados y asegura que hará gestiones pertinente para poder solventar el asunto.

Donde el asunto parece hacer crisis es en Torreón. Para empezar el sistema operador torreonense el agua potable y drenaje, el SIMAS, recibió de la pasada administración un adeudo de 49 millones 758 mil pesos, equivalente a los últimos tres meses que no se pagó la factura mensual que promedió 16 millones 252 mil pesos. Para hacer frente a este pasivo, SIMAS pactó con CFE una convenio de pago en 12 mensualidades de 4 millones 147 mil pesos en cifras redondas. Sin embargo, a partir de febrero la Comisión Federal de Electricidad le ha cobrado por proveerle energía al sistema operador en números redondeados en marzo 13 millones; en abril la factura ascendió a 15 millones; para mayo subió un millón más para llegar a 15; en junio el incremento es de dos millones más para marcar 17 millones; julio CFE cobró 18 y ahora en agosto el monto ascendió a 21 millones, lo que ya provocó insolvencia en las finanzas del SIMAS y no han podido cubrir el adeudo correspondiente. Por cierto, para el próximo cobro para este septiembre es de 24 millones.

Este asunto del SIMAS ha desatado controversia en los actores políticos municipales y el propio consejo de administración de la organismo, debido al anteproyecto presentado para aumentar las tarifas de agua en un 7% y de ser posible, deslizar un aumento extra el año entrante a razón de un 1% mensual.

Esta propuesta de como tal ha sido rechazada por el propio consejo. Por ejemplo, la opinión de Roberto Muñoz, presidente del CLIP, en no aumentar más allá de los índices inflacionarios; en tanto el regidor priista Enrique Sarmiento descalifica la propuesta de aumento de 7% porque dice que el problema es la incapacidad administrativa de quienes hoy llevan el SIMAS. Remata el propio edil que es ilógico pensar equiparar el aumento del agua a las de la energía eléctrica ya que la segunda está muy ligada a los precios internacionales del petróleo.

Cierto es que el petróleo se ha encarecido un año de precios promedio de 50 dólares el barril a 70, cifra muy considerable, aunado a que el tipo de cambio también ha encarecido, por lo que la energía ciertamente debe de costar más.

Claro que el SIMAS, el SIDEAPA y el SAPAL deben hacer esfuerzos para ser mas eficientes y evidentemente no pueden trasladar el impacto el costo de la luz al cien a los usuarios. La rabia que desata al ciudadano de a pie, es que al menos en el caso de las operadoras del agua, uno puede reclamar cara a cara a los responsables de la operación, de sus tarifas.

En cambio en Comisión Federal de Electricidad, uno está en manos de la burocracia intocable, herencia de décadas de corporativismo político que todo controlaba. Porque si bien es cierto que la energía eléctrica tiene que costar más, cómo es posible que la tarifa industrial en agosto en México fue nada más 77% más cara que en los Estados Unidos. Acá costo promedio de kWh fue de 2.47 pesos, mientras que en el país del norte el precio fue de 1.39 por kWh. ¿Será que en Estados Unidos no sufren el aumento al precio del petróleo?

La realidad es que la industria mexicana y en el caso, los operadores de los sistemas de agua tienen que sortear el temporal del aumento de tarifas, pero en cambio a Comisión Federal de Electricidad, ni quien los señale. Cierto que hay que quejarse de los aumentos del precio del agua, pero donde está el abuso es con la luz, que al cabo pueden impunemente.

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