EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Neurociencia

Diálogo

YAMIL DARWICH

A partir de la era industrial, los seres humanos dimos sólidos y fuertes pasos en el camino al incremento del conocimiento científico; cosa buena, cuando utilizamos lo descubierto para bien, no así cuando lo usamos para mal.

Algunos casos de los adelantos médicos, presentan su lado negativo al disminuirse el valor de lo descubierto por la falta de ponderación con la reflexión filosófica, porque generalmente no nos dan tiempo para pensar y decidir.

Una de las consecuencias tal fenómeno, está en dedicar más tiempo de horas/clase a la enseñanza de las técnicas y ciencias, restándoselo al estudio de la filosofía, ética, antropología y sociología, - entre otras - sin olvidar las clases de civismo "descontinuadas". Todos son temas que ahora no son revisados por los estudiantes, perdiendo "cógnitos" de valoración moral y ética, para evaluar y decidir.

En ese vertiginoso avance del conocimiento científico, apareció una rama de la investigación médica: la neurociencia, misma que se fortaleció con la utilización de la novedosa microscopía electrónica - 1932 - dando grandes luces a la microbiología. Agregue los nuevos métodos de laboratorios bioquímicos, que ayudan a aclarar e interpretar misterios de la fisiología y la fisiopatología. Un ejemplo es la neurofisiología general y el avance contra las enfermedades.

Ahora, como nunca, se separaron los pensadores científicos y filósofos en dos grandes ramas y múltiples derivaciones: los ´cientificistas´, que a todas luces intentan demostrar los por qués de la fisiopatología; y los ´cajanegristas´, que pretenden entender el fenómeno sin buscar la causa última: limitando la racionalidad en su análisis.

Unos y otros defienden sus posturas sin buscar la ecuanimidad del término medio: la razón, revisada desde todas sus expresiones.

En el campo de la neurociencia hay grandes avances - la microscopía endoscópica ahora usa luz LED, por ejemplo - que nos llevan a reflexionar sobre nuestro comportamiento, pomposamente llamado "racional". ¿Será así?

Hemos penetrado lo más profundo de la intimidad neuronal y empezamos a comprender funciones y la importancia de los fluidos cerebrales, hormonas o precursores de ellas: neurohumores y sustancias enzimáticas que participan en las respuestas que damos a la influencia externa.

Ahora sabemos sobre los neurotransmisores -dopamina o serotonina, citando algunos- que los investigadores han estudiado, encontrando su relación con ciertos comportamientos. Como ejemplos podemos citar las manifestaciones de sentimientos de bienestar, alegría o tristeza.

Esas sustancias denominadas mediadores cerebrales, escurren desde las partes más profundas del cerebro hasta ubicarse entre célula y célula nerviosa, en un espacio llamado sinapsis -del tamaño a una millonésima de metro - que favorecen las actitudes que los médicos psiquiatras y psicólogos conocen como depresión - ausencia - o la euforia - exceso -

Sin embargo, no llegamos al fondo; nuestra ciencia se apoya en el método científico que permite ver, comprobar y lanzar hipótesis para finalmente crear teorías, pero a la vez limita la capacidad de imaginar y pensar cuando no podemos medir el fenómeno observado.

En ese campo ha participado Noam Chomsky, - lingüista y filósofo de reconocido prestigio internacional - que llama la atención a los científicos y los invita a reflexionar sobre lo que conocemos, nuestras limitaciones en el aprendizaje de conocimiento y lo pobre de los medios que aún manipulamos para entender quiénes somos.

Desde luego que hay fenómenos que no logramos comprender, porque no podemos medirlos ni demostrarlos con nuestro método científico y que entran en el campo de lo que los lingüistas llaman ´mistericismo´; otras, nos dan aparentes resultados con el ´cientificismo´.

En el inicio del siglo XXI, la ciencia empieza a reconfigurarse y como ejemplo podemos citar a las investigaciones de la física tradicional, contrastada con la cuántica, encontrándose la paradoja de tener diferentes respuestas en una y otra, utilizando los mismos métodos de estudio en los fenómenos.

De nuevo aparece la eterna discusión entre materialistas y humanistas, contrastando ideas los ateos y creyentes teístas, siendo muy interesante enterarnos que ya empiecen a encontrar puntos de acuerdo, aunque algunos permanezcan en la postura del azar y la casualidad y otros aceptando como posibilidad el llamado "principio o fuerza causal", un primer impulso, ánimo o aliento, que dio arranque al universo conocido: el creador para algunos y Dios para los creyentes, como yo.

Seguramente, en las próximas décadas se encontrarán los medios y métodos para definir eso que llaman "la verdad verdadera", recuerde que nosotros no inventamos nada, sólo agotamos posibilidades, aunque hablemos de inventores y poco de descubridores y mucho me duele - por cuestiones de edad personal - no tener la certeza de llegar a vivirlo y disfrutarlo, al menos en cuerpo y alma.

Muy interesante …¿verdad?

Usted como se declara: ¿cientificista o cajanegrista?; ¿ateo o creyente?

Cualquiera que sea su postura es respetable y aceptable, a menos que se entregue a la irresponsabilidad de no leer, estudiar y/o investigar.

[email protected]

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: editorial Diálogo

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1496591

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx