Foto: Archivos Michael Ochs/Getty Images
Tal vez nunca se había tenido una mirada tan íntima de la gran cantante como la entregada recientemente por el francés Tom Volf, en su documental "María by Callas", al que dedicó cinco años de un trabajo tan intenso como detallado; en el filme incluso aparece la delicada estampa de la soprano explicando que, en su interior, convivieron siempre dos personas; María y Callas.
Si alguien definió casi a la perfección, y de manera aristotélica, lo que fue la cantante griega María Callas, dentro y fuera de los escenarios, fue precisamente una se sus colegas. Durante una entrevista televisiva, la mezzosoprano alemana Christa Ludwig, con quién realizó una extraordinaria grabación de Norma, de Bellini, dijo, a propósito de los recuerdos sobre su amiga: “Callas tenía en su voz, los colores de la tragedia”.
La pasión casi suicida con la que interpretó el más amplio repertorio registrado por una soprano la llevó a dejar sus entrañas sobre el escenario, con papeles que iban desde Mozart hasta Wagner, desde lo más exigente del bel canto hasta lo más puro del verismo. En cada una de sus actuaciones forjó, nota a nota, y con la precisión de un relojero suizo, su propio mito.
Su amigo, Pier Paolo Pasolini, la quiso inmortalizar en su cinta Medea. El gran Franco Zeffirelli, con quien Callas tuvo una gran relación de amistad y trabajo, realizó Callas Forever, con la actuación de la actriz Fanny Ardant, quien dio vida la soprano griega. La cinta se centró especialmente en narrar los últimos años de Callas en París y recorrer una parte del mundo de la ópera que la voz de la cantante iluminó con la genialidad de su voz.
María Anna Cecilia Sofia Kalogeropoúlos murió a los 53 años en su departamento de París, en septiembre de 1977, hace 41 años. Desde entonces, en el mundo de la ópera no han habido tantos esfuerzos por mantener viva a una figura: películas, libros, nuevas ediciones de discos, han sido parte de estos intentos que proponen no sólo entender al personaje sino a la persona.
La vida de la cantante es digna de la literatura. Pero, de forma independiente, su legado, su voz, sigue generando mucha curiosidad y se conserva como éxito de ventas. En 2001, el sello discográfico EMI lanzó Romantic Callas, una recopilación de los éxitos taquilleros más importantes en la vida de la cantante. El material se ubicó rápidamente en la lista de los más vendidos y logró varias reediciones. El proyecto fue acompañado de un portal electrónico en español con interesantes apuntes sobre la diva: biografía, discografía, salvapantallas con fotos de la cantante y muchos detalles más. (www.romanticcallas.com).
María Callas en el papel de Violeta en La Traviata. Foto: Wikimedia Commons
Los esfuerzos por revivir su legado no cesan. Varias décadas después de su muerte, los espectadores podrán volver a disfrutar de la voz de María Callas en directo, eso sí, en holograma, en un gran espectáculo con tecnología láser y con orquesta en directo: Callas in Concert. The Hologram Tour, que ha causado sensación desde que fue anunciado, y que ha confirmado varias fechas en México.
ACUARELA
El documental es una suerte de acuarela que devela detalles de la mujer que conquistó los más exigentes escenarios del mundo de la ópera y que al mismo tiempo sorteaba los vericuetos de un abismo emocional. Presenta por primera vez entrevistas inéditas, fotografías y películas caseras guardadas por los amigos de María Callas para ofrecer una visión original, íntima, diferente y en color de la griega.
Este trabajo es la ópera prima del francés, quien ha incursionado en otras áreas con buenos dividendos. Antes del rodaje escribió un libro de colección que presentaba datos y fotos inéditas de la cantante. Callas murió una década antes de que el director del documental naciera, eso no impidió que Volf se apasionara por ella y emprendiera una búsqueda detallada en archivos e instituciones de todo el mundo. Recuperó y leyó más de 400 cartas íntimas, sin publicar.
Así, el espectador descubre, por ejemplo, que el vestido del debut en París, en diciembre de 1958, volvió a ser usado por la soprano en vivo y a todo color gracias al proyecto Callas in Concert. The Hologram Tour. Esta propuesta, que se ha lanzado en una gira mundial, tecnología mediante nos traslada a ese momento imborrable de los escenarios. También nos muestra muchos otros trajes que lució en su vida.
Hija de emigrantes griegos, Callas no tuvo infancia porque su madre quería que se formase como cantante. A los 13 años ingresó en el conservatorio, pero fue una profesora particular, la española Elvira de Hidalgo, quien se dio cuenta de su potencial: "Era la alumna perfecta, disciplinada, estudiosa, dócil", relata la maestra en el documental.
Callas en concierto, The Hologram Tour. Foto: Base Hologram
MUESTRA
En 2016, en un esfuerzo más por registrar el perfil de Callas, una exposición mostraba su fascinante y compleja personalidad más allá de la leyenda. “María Callas. The Exhibition”, fue producida y organizada por Arthemisia Group y se inauguró con gran éxito en el Arena Museo Opera de Verona.
La exposición fue estructurada como un recorrido visual constituido por catorce secciones dispuestas tanto de forma temática como cronológica. En este espacio se visitan las ciudades icónicas de la vida de la soprano por excelencia, que se convirtió en un mito internacional por la revolución que significó su forma de interpretar.
El recorrido parte de Nueva York, donde nació el 2 de diciembre de 1923, y sigue avanzando a través de Atenas, donde "se formó", hacia otras grandes ciudades que tienen un lugar destacado en su biografía. Verona, por ejemplo, es el lugar de su debut internacional en el mundo de la lírica. Allí interpretó La Gioconda de Ponchielli en 1947.
La exhibición incluyó otras urbes italianas en las que la Callas fue aclamada por el público, como Florencia, Roma o Venecia. Los organizadores reservaron un sitio especial para América Latina, concretamente para Buenos Aires, Ciudad de México y Sao Paulo y Río de Janeiro, ciudades a las que llegó la voz del gran mito femenino de la ópera.
Entre los destinos clave de la historia de Callas también figuran Milán, Londres y Chicago. También está París, donde debutó el 19 de diciembre de 1958. En la Ciudad Luz vivió sus últimos años y falleció en septiembre de 1977.
María Callas como Ifigenia en el Teatro alla Scala. Foto: Erio Piccagliani/Teatro Alla Scala
La ciudad elegida para rendir ese homenaje a la figura que dio un giro a las concepciones clásicas de escena operística fue Verona debido a la "estrecha relación que mantuvo con esta ciudad" que inspiró a Shakespeare en su Romeo y Julieta.
PARTEAGUAS
De acuerdo con la crítica especializada, la instrucción artística de Callas fue lenta y poco prometedora. No obstante, en 1940 ingresó a la Compañía de la Ópera de Atenas, lo cual le dio la oportunidad de familiarizarse con grandes papeles y ganar una gran experiencia escénica.
En 1947 rechazó contratarse con la Metropolitan Opera House, de Nueva York, y se trasladó a Italia, país en el que llamó la atención por sus actuaciones en prestigiosos teatros. Se destacó su presentación en la Arena de Verona con La Gioconda, de Ponchielli, bajo la batuta del director de orquesta Tullio Serafín.
Un año después protagonizó en Florencia La Norma, de Bellini, con la que se consagró como la gran soprano de su generación y una de las mejores del siglo.
Callas protagonizó veladas inolvidables, en las que encarnó los papeles más señeros del repertorio italiano belcantista y romántico; producciones que han sido conservadas en documentos fonográficos.
Durante la década de los cincuenta su carrera llegó al punto más álgido e inició la recuperación de obras olvidadas de autores como Cherubini, Gluck, Rossini o Donizetti.
La carrera de María Callas fue muy corta, sólo disfrutó 10 años de su esplendor vocal; en esa década se constituyó como una soprano de bravura "sfogato", proclive al exigente drama que aplaudían los cada vez más amplios auditorios teatrales de la segunda mitad del siglo XX.
