Cuatro mil 206 aficionados fueron ayer al juego.
El juego de ayer, donde la novena guinda se comportó a la altura y pudo rescatar el tercer juego de la serie, fue el último juego de la campaña regular que se sostuvo en el año 2018 en el Parque de la Revolución.
El año deportivo fue calificado como "terrible" por la afición, no por los jugadores o el cuerpo técnico, sino por los manejos sus propietarios, quienes (en palabras de algunos aficionados) sólo vinieron a "despedazar" a un equipo que siempre estaba acostumbrado a pelear por puestos de playoffs y que en estas dos campañas simplemente pasó desapercibido.
En palabras del "Profe", un aficionado que por más de 25 años ha asistido con sus amigos a mínimo dos juegos por serie, manifestó que fue una completa falta de respeto la realizada por parte de los actuales dueños, quienes a su pensar jugaron con la afición y nunca mostraron un compromiso y ganas por hacer trascender a una novena con mucha historia.
En palabras de Julio César Alonso Guzmán, aficionado de 70 años de edad y que desde los 12 años es fiel seguidor tanto del deporte rey, habiéndolo practicado como receptor y del equipo de Algodoneros, comentó que un grave error de los actuales dueños fue la falta de confianza en una plaza completamente beisbolera y en la afición, que a pesar de los malos resultados siempre está ahí juego con juego mostrando su apoyo incondicional.
De la misma forma comentó que una auténtica falta de respeto hacia ellos como afición fue la acción de llevarse a aquel jugador que diera buenas actuaciones con la casaca guinda y que al día siguiente ya se anunciaba su partida hacía Yucatán, algo que sin duda desanimó al aficionado.
En palabras de Midori, una aficionada con más de 30 años apoyando a Unión Laguna, y quien acostumbra asistir a los juegos con su familia, dijo que la campaña no fue mala, sino lo que le sigue, ya que a su parecer desde tener el pasto del estadio en las condiciones tan descuidadas en las que luce, es un mensaje claro de que a los propietarios no les interesa en lo absoluto lo que pase con el equipo.
Midori, quien comentó que fue en el propio Estadio de la Revolución donde conoció a quien hoy es su esposo, que es digno de reconocer el gran esfuerzo que hacen tanto los jóvenes que conforman el equipo actualmente, como el manager Ramón Orantes, quien no se ha rendido ni ha abandonado el timonel guinda.
Por último, Ramón Marín, fiel aficionado y abonado de butaca numerada por más de 35 años, comentó que fue una falta de compromiso la que llevó al equipo a las condiciones en las que está actualmente, ya que desde aquella vez de haberse llevado a Ricky Álvarez y a Maikel Cleto a los melenudos y posteriormente a Rubén Sosa y Art Charles, el equipo se vino abajo; el mensaje para los que se quedaban era claro, que el equipo que importaba serían los Leones de Yucatán.
La afición manifestó su descontento; para muchos seguidores, las formas en que los directivos desempeñaron su trabajo dejó mucho que desear, aunque sirvió para acercar y mantener a la verdadera afición al deporte rey y que con tremenda ovación despidiera a un equipo compuesto por jóvenes que en esta campaña, muchos, conectaron su primer imparable.
