En ocasión de haberse conmemorado hace unos días, el 47 Aniversario de la inauguración del Teatro Alberto M. Alvarado en nuestra ciudad, efectuada el 20 de agosto de 1971 y que el próximo día 15 de septiembre se cumplen 50 años de la terrible inundación del río Nazas en 1968, ambos acontecimientos sucedidos durante la administración del doctor Gustavo Elizondo Villarreal, como Presidente Municipal de Gómez Palacio, Dgo., en el trienio 1968-1971, donde el citado alcalde tuvo una relevante actuación, que nos motivó a recordarlo en la presente crónica, en reconocimiento a sus méritos, demostrados primeramente, al coordinar en nuestro municipio las acciones de prevención, y evacuación de damnificados por efectos de la inundación, así como el refuerzo de las márgenes del río en las áreas pertenecientes a nuestro municipio, el envío de provisiones a personas varadas en lugares de difícil acceso, auxilio a los habitantes por derrumbes en sus viviendas, cuidado de la seguridad en personas y bienes, en uno de los momentos más dramáticos de nuestra región cuando sufrimos una de las más graves inundaciones del siglo pasado, la cual provocó grandísimos daños a más de cien mil laguneros en todas las riberas del río Nazas, hasta llegar las aguas a su destino final en la Laguna de Mayrán. Esas heroicas acciones se realizaron con todo entusiasmo y coraje, a pesar de que el doctor solamente tenía 15 días a cargo de la presidencia y apenas estaba organizando a su equipo de trabajo. Además, como consecuencia de la pérdida total de cosechas y de ganado, tuvo que implementarse con el apoyo de la sociedad lagunera, un urgente programa de auxilio para la población en general, para que todos los necesitados pudieran cubrir sus necesidades más básicas.
Es oportuno hacer notar que no hubo la ayuda emergente del gobierno del estado de Durango, ya que su titular entonces el Ing. Alejando Páez Urquidi, al pedírsele auxilio inmediato para los laguneros, dicen que contestó "que su gobierno no era casa de beneficencia", lapidaria frase para un pueblo en sufrimiento, que quedó en la historia como reflejo de la calidad humana del mandatario. Por su parte el doctor Elizondo no se amilanó con esa respuesta y redobló esfuerzos para mitigar la penuria del pueblo, lo que le hizo acreedor al agradecimiento por su alto sentido de honor y gran responsabilidad. Recordamos que el Sr. Manuel Enríquez, caricaturista del Siglo de Torreón publicó el día 15 de septiembre de 1968, un dibujo donde se representaba al doctor vitoreando a los héroes de la independencia, agitando una bandera sumergido con el agua hasta el pecho, mientras nuestro gobernador celebraba las fiestas patrias disfrutando de la cena de gala.
Con gran aceptación de los habitantes transcurrió el mandato del alcalde Elizondo, cerrando con broche de oro su actuación al servicio de los gomezpalatinos, al concretar los anhelos de la comunidad cultural y poder contar con un recinto apropiado para celebrar nuestros más sentidos festejos y donde recibir a los máximos exponentes del arte y la cultura, en aras del crecimiento y la superación, también el sitio idóneo en que podamos manifestar el conocimiento de nuestras propias raíces y la identidad que nos define y enorgullece, por lo que al lograrse la construcción del hermoso y funcional Teatro Alberto M. Alvarado, se cumplió con una de nuestras aspiraciones populares más anheladas, al poner a disposición de Gómez Palacio, un recinto de alta categoría que sigue siendo motivo de satisfacciones y alegrías, elevando el desarrollo espiritual y propiciando los más altos valores para nuestra ciudad, ya que puede registrar las mejores expresiones artísticas y ser sede de grandes manifestaciones de toda índole. En el acto inaugural se presentó la obra teatral "Fuegos Fatuos" con la actuación de las destacadas actrices María Douglas y Virginia Manzano, dando principio a una sensacional cartelera en la que se han presentado los más destacados valores del espectáculo nacional, para deleite de los laguneros.
Habíamos carecido de un teatro, desde que quedó fuera de funcionamiento el añorado Teatro Unión, que por la década de los años cuarenta se transformó en deteriorada sala de cine. Ya había sido testigo el Teatro Unión de la época del cine mudo, en la cual nuestros más destacados pianistas como: Cuco Mesta y Julita González tocaban las melodías más acordes a las tramas de los filmes para ambientar la exhibición de películas silentes y alegrar los espacios mientras se cambiaban los rollos, como era la técnica propia de esos tiempos. Casi después de 70 años volvimos a tener el privilegio de contar con un hermoso teatro, gracias a la visión y determinación del doctor Gustavo Elizondo Villarreal, iniciándose de esa manera una etapa privilegiada en el terreno artístico y cultural, que nos ha dado grandes satisfacciones.
Si bien el doctor Elizondo nació en Monterrey el 10 de octubre de 1919 y fue el segundo de 6 hijos del matrimonio formado por el Lic. Antonio C. Elizondo Garza y la Sra. María Ignacia Villarreal González, se le considera un auténtico gomezpalatino, ya que desde 1946 radicó entre nosotros. Hizo sus estudios profesionales en esa ciudad como alumno de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, obteniendo el título de Médico Cirujano Partero el 20 de marzo de 1943. Aquí entre nosotros supo ganarse un lugar especial en el afecto y cariño de la comunidad, por su recta conducta y honorabilidad, ya que en compañía de su familia siempre destacaron por su trato respetuoso, amable y gentil, en este terruño donde llegó para quedarse.
Hizo su servicio social en Vallecillo, N.L., una pequeña población neoleonesa, obteniendo la confianza de las gentes de ese lugar, por su buena actuación. Por azares del destino acompañó a su hermano Arturo en un viaje a la Ciudad de Durango y al pasar por Gómez Palacio, de ida y vuelta, le agradó tanto nuestra ciudad, que ya en Monterrey contó esa experiencia a sus padres, y una semana después tomó la decisión de residir en nuestra tierra, llegando en el verano de 1946, empezando de inmediato a tratar de abrirse camino como médico ante la sociedad lagunera, instalando su consultorio particular por la avenida Centenario, frente a la Plaza Juárez. Laborando en el Hospital Civil de Gómez Palacio, hoy Hospital General, llegando a ser Director del mismo, y después prestó servicios en la Clínica del ISSSTE en Torreón, Coah., ocupando la Subdirección General y también colaboró en la Clínica del Club de Leones, de la misma ciudad.
Era muy común encontrar en el consultorio del Dr. Elizondo, a muchas personas de escasos recursos que acudían a solicitar ayuda profesional en problemas de salud, la mayoría de las veces sin contar con medios económicos para el módico pago de la consulta y medicamentos que les proporcionaba, y en todas las ocasiones obtenían ayuda y la orientación que requerían gracias a la generosidad del galeno, que no dudaba en otorgarles crédito, aún que la consulta fuera a domicilio en las colonias populares.
El 26 de noviembre de 1950, contrajo matrimonio con la dama gomezpalatina Srita, Alicia Ávila Cueva procreando 7 hijos, todos ellos tuvieron en su preparación estudios profesionales: María Alicia, Gustavo Alfonso, Ignacio Eduardo, Ana Luz, María Antonieta, Adriana Y Antonio Carlos. En 1967, la militancia del Partido Revolucionario Institucional lo propuso para contender como Precandidato a la Presidencia Municipal de Gómez Palacio, resultando electo en el cargo que representó de 1968 a 1971.
En diciembre de 1968 acompañado de su esposa, visitaron la ciudad de South El Monte, California conmemorando un año más de relaciones de Ciudades Hermanas, siendo recibidos por el Mayor de esa ciudad Mr. Joe Olivares y su esposa Carmen de Olivares, siendo declarados Huéspedes distinguidos, recibiendo las llaves de la ciudad.
Al terminar su encargo municipal, se reintegró a su labor profesional de médico y prosiguió la vida familiar que siempre fue su prioridad, todos juntos visitaban continuamente las Presas "El Palmito" y "Las Tórtolas" para practicar la pesca, la cacería y disfrutar de la naturaleza. Sus relaciones con la comunidad todo el tiempo fueron excelentes y cercanas, gracias a su desempeño honesto y la cordialidad que en todo momento tuvo con sus conciudadanos, además de la excelente reputación que obtuvo como médico, gozando de la confianza total de sus numerosos pacientes y por lo moderado de sus honorarios.
También tuvo destacada participación en el reconocido Club de Leones de Gómez Palacio, haciendo una intensa labor social en beneficio de los habitantes, relacionándose con importantes personajes de nuestra sociedad para ayudar a los necesitados en sus problemáticas, entre otros conocidos Leones, logró una magnífica relación con don Harvey Agustín Reed Fernández (+) prominente empresario y benefactor, hombre ejemplar, que distinguió al doctor Elizondo con su amistad, quien correspondió al Sr. Reed con una relación de respeto y cordialidad, proporcionando sus servicios como médico de esta conocida y apreciable familia, que son los propietarios de la Fábrica de Hielo de Gómez Palacio, que aún está en funcionamiento.
Es muy grato para esta columna tener oportunidad de recordar a este destacado personaje de nuestra ciudad, a 50 años de haberse desempeñado en la presidencia municipal de Gómez Palacio, que como antes señalamos, fue conducida con toda diligencia y honestidad, al igual que por su excelente desempeño en el terreno de la salud y de su participación en la política, con muy buenos resultados para sus colores. Después de haber ejercido sus labores con eficiencia en todos los campos que le correspondió ejercer, rodeado del aprecio y la estimación general, nuestro personaje falleció en estas tierras que tanto amó, a los 62 años, el 30 de octubre de 1981, quedando en el recuerdo perenne de todos aquéllos que tuvimos la oportunidad de conocerlo, como un hombre de fe y sólidos principios y valores.
En las próximas crónicas, estaremos presentando igualmente la trayectoria de otros importantes personajes, que, a través de sus meritorias actuaciones en diferentes campos, han dejado gratos recuerdos por sus aportaciones a la historia local y se han hecho merecedores a ser protagonistas de estas páginas.
