AMLO: entre la realidad y sus promesas
El título de esta reflexión no significa ubicar a AMLO entre la espada y la pared, ni en la mítica frase "bajo la espada de Damocles", ni tampoco en el foso del péndulo, en alusión al cuento de Allan Poe; nada es tan dramático como parece, sólo son algunas dificultades propias del quehacer político al querer quitar privilegios e implementar medidas que afectan el statu quo de la clase privilegiada por el poder; son los obstáculos esperados, al pretender convertir una utopía en realidad.
Hay situaciones problemáticas que a primera vista parecen ser irresolubles, y que el líder que quiera soluciones pareciera estar frente al toro, sin capote; tal es el caso de AMLO, quien seguramente más de una vez en su larga vida política ha estado en esos trances; lo que sin duda enriqueció su experiencia y fortaleció su carácter.
Sin embargo, no deja de ser preocupante la bola de nieve que ha empezado a formarse, y que en un descuido, una mala decisión, un error inesperado, eche por tierra las esperanzas de un cambio radical en la vida del pueblo mexicano; me refiero a la ciudadanía que no vive del erario público, no a los servidores públicos devenidos a funcionarios públicos (que no es lo mismo, pero es igual), que viven suntuosamente, ya por un golpe de suerte, ya por compadrazgo, un moche, o tal vez a su competente eficacia y eficiencia laboral; y que defienden como perros el hueso político-laboral que les da para cambiar de carro(s) cada año y tener propiedades millonarias; y que ante el anuncio del virtual presidente electo, acerca de la austeridad republicana han puesto el grito en el cielo, llorando cual viejas plañideras bajo el argumento amenazante de que entonces tendrían que robar o que aumentaría la corrupción. ¿Por qué sólo piensan en eso? ¿Será, esta idea, producto del inconsciente colectivo? ¿Será que no saben hacer otra cosa? ¿Será esa palabra (robar), fruto de sus arraigadas costumbres laborales?
¡Qué triste escuchar a mexicanos, que diciéndose servidores públicos y altos funcionarios de un pésimo gobierno que ha dejado al país en la debacle, y que para levantarlo es necesario ajustarse el cinturón y sacrificar hasta la mitad de su sueldo para recuperar lo que durante años, ellos mismos, los gobernantes y la burocracia rapaces, permitieron el desastre, el despojo, la rapiña, la corrupción, la impunidad, los altos índices de inseguridad, delincuencia y pobreza.
Ahora se quieren organizar para oponerse a las reformas que pretende López Obrador, ¿Por qué no lo hicieron para oponerse a la reforma energética, la cual vino a encarecer la vida? ¿Ya olvidaron el respaldo de más de cien mil personas que tuvo Lázaro Cárdenas para nacionalizar el petróleo y del apoyo económico y en especie que recibió de todos los sectores sociales?
Un toro de lidia es la austeridad republicana, otro es el descontento que empieza a generalizarse con la anunciada descentralización. Hay incluso quienes piensan en ampararse constitucionalmente, con tal de no ser removidos de su estado de confort. Lo más fácil sería despedirlos e indemnizarlos conforme a la ley general del trabajo; El que quiere trabajar va a donde está el trabajo.
Y por último, para cerrar la corrida: AMLO tiene enfrente un torete llamado INE, que no embiste, sólo cabecea y muge propalando falacias para desprestigiar a Morena. Creo que la motivación del INE es por el tijeretazo salarial que también les alcanzará, o… ¿usted qué cree?.
Héctor García Pérez
Comarca Lagunera
Por favor incluya su nombre y la ciudad donde resida.
Las cartas pueden ser editadas por razones de espacio.
Envíela a:
[email protected] Fax: 716-59-09
Dirección: Av. Matamoros 1056 Pte.
Torreón, Coah. 27000
