EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

El Presidente

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Primer Mandatario. Jefe del Ejecutivo. Primer Magistrado. Rector de los destinos nacionales. Jefe nato de las instituciones. Primer Jefe. Ejecutivo de la Nación. Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. Representante del pueblo. Jefe de los poderes legítimamente constituidos. Jefe de la Nación. Líder natural del pueblo de México. Trono de sabiduría. Torre de marfil, y de Pemex. Hijo predilecto de la Patria. Primer mexicano. Cabeza del Estado. Arca de la alianza. Ruega por nosotros.

Son advocaciones, sólo algunas, del Presidente; clamadas, escritas, leídas, copiadas.

Casi dos siglos de vida independiente ha dado a México turbulencias, reformas, dictaduras, revoluciones, estabilidades milagrosas, crisis y más de medio centenar de presidentes, en periodos de 45 minutos a 30 años o sexenios rigurosamente fechados.

Sesenta y siete hombres -número impreciso-, una junta de regencia y un extranjero, Fernando Maximiliano de Habsburgo. Ni una mujer. El patriarcado pleno. Una institución que cabe en una sola palabra y en un solo hombre: Presidente.

Publicó Aristarco en El Sol el 30 de marzo de 1826: Una acción que ha merecido una aprobación general, es la de que el señor Presidente de la República dijo que no quería un palco que le habían preparado en el teatro, de orden según se dice de quien no tenía nada que ver en eso y sólo por su manía de meterse en todo. Este noble ejemplo servirá para estimular al Excmo. Ayuntamiento a imitarlo, y que cediendo de sus injustas pretensiones de tener una porción de palcos de balde y en lugar que más les acomoda, se queden con una solo, que es más que suficiente para que vaya el alcalde que ha de presidir.

"No hay motivo ninguno para darle tres palcos cuando hay tan pocos, y deben tomar por pretextos que se necesitan para recibir al señor Presidente en las noches que concurra. Al general Guadalupe Victoria le sobran amigos que tendrán mucho honor y satisfacción de recibirlos en sus palcos, y para cuando tenga que ir como jefe de la República, que será por rarísima vez, pueden ponerse en los palcos número 2 y 3 unas divisiones de madera que se quitan con facilidad, y alquilarlos como condición de dejarlos para ese caso. De ese modo probaría el Ayuntamiento que desea proteger el teatro y el bien del público y no el de sus individuos."

Absolutismo conveniente. Carlos María de Bustamante comentó en Diario Histórico de México: Parece que el apodo de "agua de Sosa" que se le dio ayer a Victoria en un papel hirió su amor propio, pues mandó que al impresor José María Cabrera se le mandase a California tan luego como se le encontrase; iba a cumplirse la orden, pero él apeló al mismo Victoria, es decir, de Victoria enojado a Victoria compasivo, así como la vieja de Macedonia de Filipo borracho a Filipo en ayunas, le oyó y perdonó pero a condición de que quitara la imprenta. El acto es en sí despótico, pero necesario y útil. Cabrera no imprime sino papeles sediciosos y alarmantes, y por un peso no guarda ley ni con su camisa. Si esta tentativa se hubiera hecho de tiempo atrás, comenzando por Santoyo, se habrían ahorrado algunas incomodidades"

Presidente pero honrado. Escribió Madame Calderón de la Barca en "La vida en México": El general Guadalupe Victoria sería el último entre todas las gentes a quien se podría dar tan resonante apellido que, en realidad, no es el suyo propio, ya que es adoptivo, y tomó el de Guadalupe en honor de la famosa imagen de la virgen de ese nombre, y el de Victoria, con menos humildad, para conmemorar sus triunfos en los campos de batalla. Es un honrado y sencillo ciudadano, melancólico, cojo y de alta estatura, de limitada conversación, aparentemente amable y de buen natural, pero ciertamente no cortesano ni orador; un hombre de innegable valentía capaz de soportar padecimientos casi increíbles; humano y que siempre ha demostrado ser sincero amante de lo que él conceptúa libertad, y que nunca ha procedido por ambición y motivos interesados.

"Se cuenta, como prueba de su simplicidad, aun cuando ello parezca demasiado absurdo para ser cierto, que habiendo recibido un despacho en cuyo sello figuraba un águila de dos cabezas, hizo observar al atónito enviado que lo entregó: "Nuestro escudo es muy parecido; sólo que veo que las águilas de Su Majestad tienen dos cabezas. He oído decir que algunas de esta especie existen aquí, en tierra caliente, y he de mandar por una".

@kardenche

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Yo Río Libre

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1492953

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx