EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Maduros

Diálogo

YAMIL DARWICH

En la posmodernidad ya no son suficientes las clasificaciones tradicionales para definir rangos de edad. La ciencia y su divulgación, sumando al liberalismo responsable, hicieron necesaria la mejor definición de las etapas de vida, más allá de lo descrito.

Así, a los adolescentes tempranos y tardíos - 12 a 25 años - ya no alcanzamos a describirles salud, usos y costumbres. Así, aparece el término "adultescente".

Incluya a quienes se resisten a comportarse como "mayores de edad" y rechazan desempeñar su papel de "adulto responsable". Anteriormente, ya los habían definido como "Síndrome de Peter Pan", por negarse a crecer, aceptarse en mayoría de edad y desear permanecer como adolescentes - obsesionados con juegos computacionales, por ejemplo -

Hoy día, ha aparecido otra división en las clasificaciones de la edad cronológica: la adultez, aquellos con 60 años de edad o más, quienes viven condiciones de buena salud, suficiente para permitirles aspirar a seguir perteneciendo al grupo denominado "adulto maduro" - hasta los 60 años -.

El término "anciano" hasta hace poco tiempo era aplicado a personas que rebasaban los 60 años de edad; de hecho, pueden solicitar y obtener su credencial de INAPAM, como adulto mayor, recibiendo beneficios extraordinarios en lo económico y hasta en el trato social.

Ese grupo - o "franja poblacional" - hemos recibido los beneficios de los avances médicos y aquellas enfermedades que anteriormente fueran causa de muerte, ahora son combatidas y hasta curadas con medicamentos y tecnologías actuales.

Como ejemplo: la hipertensión arterial, causante de grave deterioro corporal, que hasta hace 20 años provocaba defunciones por daños orgánicos irreparables, hoy día se puede controlar fácilmente; el cáncer en diferentes partes del cuerpo, si es detectado en etapas tempranas, llega a tratarse exitosamente disminuyendo sensiblemente la mortalidad humana; igual sucede con el cervicouterino femenino o el adenocarcinoma prostático del varón, curables completamente.

Aún más: la sobrada información sobre métodos para conservar la salud, favorece el incremento de actividades físicas para la conservación del cuerpo; los caminantes se han multiplicado en las ciudades y no es raro encontrarlos deambulando muy de mañana o al caer la tarde, en parejas, con mascotas o solitarios. Incluya gimnasios especializados, caso de spas y estéticas femeninas

La generación de maduros mayores hemos tenido mejor alimentación y mayor información del cómo mantenernos sanos, llegando a la edad antes considerada ancianidad en condiciones tales que hasta deseamos continuar con el ritmo de vida laboral, social y familiar que, en décadas pasadas, hubieramos abandonado por limitaciones físicas.

La realidad también tiene particularidades negativas, aún en discusión; llegamos generar conflictos por "cuellos de botella" en el medio laboral y hasta la relación social.

Ahora, la jubilación está siendo rechazada por muchos "maduros" que se sienten con capacidades físicas e intelectuales suficientes -las tienen- para seguir trabajando intensamente y, además, lo hacen aprovechando la experiencia que les dieron los muchos años de trabajo y esfuerzo, siendo personas con plena productividad.

Desafortunadamente, están manteniéndose en puestos que en el pasado eran ocupados por las nuevas generaciones de profesionistas, posiciones que corresponden a jóvenes con aspiraciones altas, preparación académica y laboral actualizada y con visiones creativas innovadoras.

Una buena alternativa sería la creación de puestos de asesoría o asientos en juntas de consejo, donde esos mayores, con su experiencia, serían aprovechados para beneficio de empresas y sus personas.

Algunas instituciones investigadoras empiezan a detectar efectos sociales por el fenómeno; entre ellos: alza en los índices de relaciones sentimentales entre sesentones que creen merecer una "segunda oportunidad romántica" con adultos que sucumben ante la tentación y el encanto del (la) mayor bien conservado (a) por todas las atenciones que pudieran ofrecerles: desde afectivas-emocionales hasta materiales y de promoción.

Al parecer, aún sin estadística fiable, son causa de más casos de desencuentros y hasta divorcios entre los viejos.

Si el medio laboral está siendo afectado, igual sucede en el políticosocial, con ciudadanos de mayor edad que crecen en número poblacional y empiezan a exigir a las autoridades atención a sus necesidades sociales, ocasionalmente con detrimento de la vida juvenil.

En países "más viejos" ya influyen en ordenamientos de usos y costumbres, exigiendo reglamentos a sus conveniencias, como exigir servicios de restaurantes menos ruidosos o ubicarlos fuera de sus zonas de residencia. Incluya sus pensiones.

Bienvenidos esos maduros, otro reto para las comunidades del posmodernismo; representamos la necesidad de atención con servicios diferentes y responsabilidad de los administradores públicos para encontrar equilibrio al definir normas y leyes que atiendan a viejos y jóvenes.

Todos la población es importante: los jóvenes, quienes representan nuestro futuro y debemos atenderlos mejor - seguridad y empleo, la gran deuda - y los mayores, que nos hemos ganado a pulso, con años de trabajo diario, los servicios adecuados para gozar de nuestra "juventud acumulada".

De nuevo aparece la educación como solución al problema. ¿Qué piensa? [email protected]

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Diálogo

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1492300

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx