Estando ya cerca el final de la temporada del beisbol de las Grandes Ligas, nadie se podía imaginar que de repente, a los actuales campeones, la escuadra de los Atléticos les empezaron a meter demasiada presión a tal grado de que, el pasado martes, se encontraban empatados en el liderato del oeste de la liga americana y en que en una loquera, los terminen desplazando después de cómo ha estado jugando la escuadra de la bahía.
Si hay algo que nos complace del equipo de Oakland, primero como mexicanos y después por ser parte de esta región, es la trayectoria de Horacio Piña quién obtuvo la Serie Mundial de 1973 con aquellos llamados "bigotones" como "El Bagre" Jim Hunter y Ken Holtzam y el extraordinario relevista Rollie Fingers y donde también se encontraban Dagoberto Campaneris (de quién se decía que intencionalmente se dejaba golpear porque ya era una garantía que estaría en la segunda base porque se la robaba de cajón) , Sal Bando, Joe Rudy (quién se paraba de una manera muy peculiar en el plato) y nada más y nada menos que el para mi gusto, ha sido el mejor jardinero derecho de todos los tiempos como fue el legendario Reggie Jackson.
Pero en este 2018, la escuadra que dirige Bob Melvin, son la mejor historia de la gran carpa y ni tan solo muy próxima a las tres temporadas de manera consecutiva en el último lugar y después tener la luz tan lejana como 11.5 juegos atrás hace menos de dos meses, los Atléticos consiguieron apropiarse de un fragmento del primer lugar una vez que se despacharon a los Rangers el lunes.
Quizá se encuentre esto con demasiado espacio para que una variedad de cuentos y películas nos lleguen a esclarecer como ocurrió pero viéndolo de una manera sensata al "rey de los deportes", en primer lugar y se nota a leguas, que han edificado uno de los bullpens más trascendentes y dominantes de las grandes ligas y que después a la defensa permeable que eran en el 2017, se han convertido en la número once de este año gracias en gran medida a la grandeza de antesalista Matt Chapman.
Después de comenzar el año lentamente, los Atléticos se han transformado en un monstruo imparable donde el verde y el oro han subido de forma improbable en la clasificación y ahora se encuentran en la cacería de la postemporada y con una nómina que pocos esperaban que pelearían en el oeste del joven circuito y en la cual se protagoniza como una gran historia de Hollywood esta campaña.
Nada de esto los convierte en la mejor ofensiva en el béisbol, porque no lo son (por carreras por juego, son octavos y por promedio ponderado en la base, son séptimos) lo que significa que ahora repartamos banderines de los Atléticos ya que tienen un plan y lo están ejecutando a la perfección.
