Se van jugadores titulares, renuncia el entrenador, se cuestiona todo, se teme lo peor y sin embargo este Santos responde ganando. ¿Es normal? A simple vista y basándonos en experiencias pasadas podemos decir que no, sin embargo, analizando a detalle, podemos llegar al porqué este Santos no se desmorona a pesar de las adversidades.
El Santos Laguna está logrando un estilo y una forma de jugar institucional, eso crea fortaleza basada en la continuidad esté quien esté en el banquillo dirigiendo y en la cancha. La oficina santista es y seguirá siendo la encargada de tener a los intérpretes necesarios para que el estilo de juego basado en el ADN Guerrero pueda ser siempre posible. Decirle a tu técnico: aquí se juega así y con esto, no es limitarlo, al contrario, es facilitarle el trabajo, máxime si los futuros técnicos del primer equipo siguen saliendo de adentro de la institución.
Yéndonos a detalles este Santos necesita defender mejor, la pasó mal 25 minutos contra Chivas y ahora contra los Tigres también batallaron para detener las embestidas felinas. Estos problemas no implican cambiar parados ni estilos, es simplemente cuestión de más concentración y coordinación en una zaga que no podemos olvidar que es nueva. La media cancha ilusiona mucho, las tres joyas que son el Gallo, Osvaldo y Lozano aún no están en su máximo nivel y ya están siendo factor para ganar partidos, si alcanzan su máximo podemos ver un torneo histórico de esta media cancha. La delantera ilusiona, no se extraña a Djaniny de momento y vemos a un Jonathan Rodríguez metido y motivado, Julio Furch enseñoriado, se cansó de callarnos la boca a los que nos desesperamos con su falta de gol al principio de su etapa como santo. De la banca no puedo decir más que es de primer nivel, hay respuestas para todo en un banquillo lleno de velocidad, regate y seguridad.
Ahí va este Santos pues, callado y aún siendo campeón, ignorado por muchos. El próximo domingo (hay jornada doble en Tijuana mañana miércoles) contra Cruz Azul será un duelazo.
@manyecastil
