El miércoles 8 de agosto del 2018, amanecimos enterándonos de la noticia: "un magistrado federal absolvió a Elba Esther Gordillo Morales, de las últimas dos acusaciones por lavado de dinero y delincuencia organizada que había en su contra".
Curiosamente la sentencia se adelantó, sólo por unas horas, a la entrega de constancia como presidente electo de México, a Andrés Manuel López Obrador. Dicen que "en la política no existen las casualidades", así que Usted puede empezar a imaginar y formar criterio.
Es evidente que la politiquería mexicana ha hecho de nuevo otra trastada, burlándonos otra vez, violando nuestro derecho a estar informados.
¿En dónde estará la verdad?
La burla es definida como "acción, ademán o palabras con que se procura poner en ridículo a alguien o algo" y, para nuestro caso, al ser manipulados con el desconocimiento de la realidad nacional, impidiéndonos tomar decisiones acertadas, llevándonos a aceptar como cierto o falso todo aquello que les conviene. Ellos nos confunden utilizando técnica para ocultarnos la verdad.
La burla inició con la detención de la profesora Elba Esther Gordillo, a quien señalaron por lavado de dinero y delincuencia organizada; luego nos mostraron propiedades adquiridas "inexplicablemente", tanto en el país como en el extranjero.
Durante casi todo el sexenio fue tema y ejemplo de corrupción y abuso de poder; nos mostraron propiedades, compras de ropa ostentosa y accesorios costosos de tiendas prohibitivas; la acusaron de defraudar al sindicato de maestros - 1,900 millones de pesos -; de nepotismo y otros muchos calificativos gravemente desacreditadores.
Ahora, está liberada de toda acusación por la que fue encarcelada durante cinco años.
Marco Antonio del Toro Carazo, su defensor, informó que el Primer Tribunal Unitario en Materia Penal en la Ciudad de México, "decretó el sobreseimiento de la causa penal " … ¿y luego?
Nuevamente la confusión: ¿fue, según el proceso legal, violentada en sus derechos individuales y humanos por el gobierno del presidente Peña Nieto?; ¿habrá alguna relación entre su liberación de culpabilidad y el triunfo de López Obrador?; ¿hubo manipulación de la verdad para acusarla y ahora demuestra su inocencia? o, por el contrario ¿el sistema politiquero Mexicano, ha realizado maniobras para burlarnos y "acomodar" los procesos judiciales? Usted puede agregar más dudas. Finalmente seguiremos desconcertados.
La verdad demostrada por los hechos, a través de los últimos sexenios, es que la información fluye con manipulación de los medios, con el abuso de unos cientos de poderosos apoyados en miles de sus subordinados, para que millones de mexicanos vivamos engañados y desorientados: manipulados. Es burla que llega al escarnio: - "triquiñuela que aplican para agraviarnos".
En ese contexto, podemos concluír que Sócrates, no sólo tenía razón en su tiempo, sino que podríamos tomarlo como un profeta para los mexicanos, tristemente sentenciados al decir: "solo sé que no se nada"; bueno, unos cuantos si lo saben y se benefician indecentemente de nuestra ignorancia.
También podemos comprender los porqués del triunfo avasallador de Manuel López Obrador, con un 53 por ciento de votantes que lo eligieron: es el agotamiento de la tolerancia ciudadana y, quizá y espero, el inicio de una nueva conciencia de participacion política de todos los mexicanos.
Le dejo a su reflexión las interesantes similitudes con los antecedentes históricos del abuso: desde las razones de la Independencia, que fue promovida por mexicanos e hijos de españoles; o la Revolución Mexicana, ideada por intelectuales y peleada por el pueblo. En ambos casos, los pocos se apropiaron de los beneficios y los muchos regresaron a su condición de burlados.
Ahora viene la llamada "Cuarta Transformación", con promesas de cambio, centradas en el combate a la corrupción y el fin de la violencia.
De nuevo me vienen dos cuestionamientos a la mente:
¿De verdad se intentará ese cambio y buscar mayor justicia social?
Mis dudas se agrandan cuando me entero de nombramientos a politiqueros de ataño, otros más jóvenes señalados por actos graves de corrupción, priistas que cambiaron de partido en el momento adecuado para sumarse al éxito y, más grave aún, personas que en el pasado nos fueron mostradas como antitesis de ética y moralidad.
Aún más preocupantes: los pregoneros que afirman se trata de una nueva maniobra para cambiar de imagen política a los burladores de siempre y así poder acabar con "la limpia" de los últimos recursos de la nación de los mexicanos.
En el camino y "con letras chiquitas" nos siguen cambiando las reglas del juego con las ya muy sobadas declaraciones de reformas a las leyes y revisiones a programas revestidos con la duda de la ilegalidad.
Esa es la verdadera burla que vivimos y, debo escribirle mi pensar: la culpa es toda de nosotros, por nuestra indiferencia e indolencia ante los abusos de los pocos tiranizantes burladores.
¿Seguimos con la misma actitud?
