El día de ayer en Saltillo se presentó el Estudio de Estado de la Biodiversidad en Coahuila, un valioso documento que comprende el estado en que se encuentra el capital natural en esta entidad federativa, en el que participaron 157 investigadores, servidores públicos, integrantes de organismos civiles e investigadores independientes de más de 50 universidades públicas y privadas nacionales y extranjeras, centros de investigación, dependencias de gobierno y otros organismos del país y el exterior.
El Estudio Estado de Coahuila se suma a la veintena de entidades federativas que ya lo han publicado o está en edición, constituyendo un logro importante que proveerá información y análisis elaborados por expertos en la materia que aporta un diagnóstico para definir estrategias y toma de decisiones que posibiliten la conservación y uso de la biodiversidad en el estado; es resultado de un gran esfuerzo auspiciado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) y el gobierno del estado de Coahuila a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Urbano de Coahuila (SMADU).
Consta de dos volúmenes: el primero que contiene un análisis del contexto físico y socioeconómico que delimitan la biodiversidad, del marco jurídico y los instrumentos y políticas públicas que le regulan, los usos tradicionales y convencionales de los recursos bióticos, las oportunidades existentes y los factores de presión que inciden en ellos; mientras que el segundo analiza la diversidad biológica en el pasado, los ecosistemas, la diversidad de especies y genética.
Su aportación resulta invaluables si consideramos que México es uno de los cinco países megadiversos del planeta donde se ubica entre el 10 y 12 % del total de especies registradas; Coahuila alberga una parte importante de la biodiversidad del país, determinada y distribuida por su variedad climática y geográfica, particularmente de grupos como las aves (249 que representan el 39.1%), plantas vasculares que poseen semillas y no tienen flores (39 que representan el 26%), mamíferos (126 que representan el 23.6%) y reptiles (122 que representan el 15.2%). En total se reportan 3,222 especies dentro del territorio estatal.
La importancia de la biodiversidad en Coahuila también se determina por el tipo de ecosistemas y el número de especies reportadas que se encuentran en alguna categoría de protección según la NOM-059-SEMARNAT-2010. En la entidad encontramos seis tipos de vegetación entre la que destaca el matorral xerófilo (80.6%, por su ubicación dentro del desierto Chihuahuense) y 14 comunidades vegetales; mientras que el número de especies en categoría de protección suman 237, equivalentes al 7.3% del total estatal, entre las que destacan 94 en protección especial, 92 amenazada, 49 en peligro de extinción y dos extintas.
La biodiversidad es un recurso natural poco conocido y reconocido fuera de las comunidades científicas o de las entidades del sector ambiental gubernamental, lo que ha provocado que una parte significativa de los políticos o funcionarios públicos y dueños de predios donde se alberga no valoren su importancia como se observa en la toma de decisiones para asignar recursos públicos destinados a su protección y conservación, particularmente en las áreas naturales protegidas.
El absurdo discurso que escuchamos en no pocos de ellos de resumir el valor de la biodiversidad a la expresión de que son simples plantitas y animalitos de los cuales hay muchos, ha denotado su desconocimiento, cuando hoy en día la conservación de esta riqueza biogenética es una condición determinante del desarrollo sostenible de un estado, región, municipio o predio. Y aquellos gobernantes que tienen jurisdicción sobre algún territorio o dueños de predios donde se albergan ecosistemas y especies de vida silvestre a la cual desvalorizan, reflejan su bajo perfil para la toma de decisiones sobre su uso.
Para ellos y para todos los ciudadanos de Coahuila, es necesario acceder a la información contenida en este Estudio Estado, por ello no debe limitarse a la publicación de estos dos volúmenes, sino que esta debe ser acompañada de una amplia campaña de difusión en los centros educativos, en los medios de comunicación y a través de todas aquellas formas posibles y asequibles para el ciudadano común.
Esto complementaría el esfuerzo de los expertos que lo elaboraron y de las instituciones que lo auspiciaron y publicaron. Próximamente, algunos de los autores de este trabajo haremos una presentación local del mismo e invitaremos a las instituciones académicas y los organismos civiles involucrados en la elaboración e implementación de una estrategia de difusión de sus contenidos, en la cual los medios de comunicación desempeñarán un papel clave.
