(Segunda y última parte)
"No me entristece por lo que ya no puedo correr, me enorgullece por todo lo que he corrido". L.R.R. 07-08-13.
En el transcurso de los primeros meses de este año, seguí una serie de artículos a los que titulé: En la vida, así como en cualquier actividad que realicemos, todo tiene un principio y un fin. Puse hincapié en lo que al deporte se refiere, ya que hemos visto que en cualquier disciplina que se lleve a cabo, los deportistas que lo realizan, generalmente empiezan a una temprana edad, quizás antes de que llegan a los veinte años, y generalmente, después de no más de dos décadas y antes de que venga el declive, toman la sabia decisión de retirarse, como ejemplo, recordamos a Ana Guevara, a la golfista Lorena Ochoa, al boxeador Cristian Mijares, Hugo Sánchez, Pelé, Maradona, etc., que supieron decir: "hasta aquí", y retirarse con toda la gloria a la que aspiran, no solamente deportistas, sino también intérpretes, actores y actrices, y dejar de ellos un buen recuerdo de sus actuaciones para la posteridad.
No pretendo ni tan siquiera compararme con ellos; sin embargo, de haberme empecinado en seguir participando en carreras, aunque ya únicamente fueran de cinco o menos kilómetros, hubiera corrido el "riesgo" de que en una de ellas cayera ante la vista lastimosa de todos mis buenos amigos corredores y/o bien ante la mirada de tantas personas que con sus palabras de aliento, semana tras semana, salen a las calles a vitorear a todos los corredores.
Quedo satisfecho de los 13 años en que participé en más de 400 carreras; me enorgullece que después de los sesenta y tantos años de edad haber participado en cuatro maratones, que con el "pretexto" de participar en carreras haya visitado las principales ciudades del país, generalmente las capitales de los estados y la Ciudad de México, y dos carreras en el extranjero: un medio maratón en San Antonio, Texas, y la otra en Edimburg, en el mismo estado norteamericano.
Haber conocido a tantos corredores jóvenes, adultos jóvenes y adultos mayores, entre los cuales tan sólo menciono a don Germán González (f), de quien desde que me inicié en el deporte del correr, me brindó todo su apoyo y confianza. De todos los corredores por el apoyo que siempre me brindaron, aunque percibieran que mi lentitud con que lo llevaba a cabo cada vez era más notorio, y a mi buen amigo, Guillermo, que en las últimas carreras se quedaba atrás de todos los demás corredores y siempre de los siempre me acompañaba hasta que cruzábamos la mente. Gracias, mi buen Guillermo.
"Las personas adultas necesitamos estarnos programando un gran número de metas posibles, por pequeñas que éstas sean, para no perder el interés por la vida. Si no lo hacemos, moriríamos lentamente, porque existen muchas formas de suicidarse y ésta es una de ellas, a pesar de que no utilicemos un arma o un veneno para conseguirlo". Jacobo Zarzar.
Por: Dr. Leonel Rodríguez R.
