Que fácil se rompe el hilo por lo más delgado. Quizá sea Santos Laguna el equipo donde los técnicos que acaban de ser campeones duran menos tiempo después de levantar la copa.
Primero fue Caixinha y después, Siboldi. Ambos, extranjeros, lograron su primer título en el futbol mexicano con los Guerreros (como ha sido la historia de todos los directores técnicos campeones del club). Y ambos se fueron por la puerta de atrás.
Se trata de personalidades diferentes; mientras que Caixinha es expresivo y explosivo (durante y después de los partidos), Siboldi maneja un perfil más discreto. Por lo cual, del portugués se podía entender que de pronto (ni tanto) haya encontrado bronca en el equipo, pero del uruguayo sorprendió más.
Robert Dante Siboldi llegó al timón como ahora lo hace Salvador Reyes jr., "por mientras", pero se quedó en base a trabajo y resultados. Sobre todo, siempre se dijo que era un "institucional"; contaba con la confianza de la directiva y conocía al club desde sus Fuerzas Básicas.
Y poco a poco, fue caminando hacia el campeonato, que lucía tan improbable al final del torneo pasado.
En este Apertura, las expectativas lucían algo diferentes. Aunque son bajas importantes en el equipo, se trataba del campeón. Había más tiempo de trabajo, mayor planeación... podría decirse. Pero no.
Un "buen día" irrumpen con un boletín donde se informa que el cuerpo técnico ha renunciado, sin decir nombres, y las especulaciones comienzan. Al final, siempre lo más sencillo es que se vaya el entrenador, no importa que haya conseguido la sexta estrella tan anhelada, el hilo se rompe por lo más delgado.
En la cancha, Santos se impuso ayer a un equipo que no anda bien, parece que la salida de Siboldi no ha afectado. Pero que Reyes tendrá mucho trabajo a partir de ahora, de eso no hay duda. Le llegó su oportunidad.
A nivel de pantalón largo, también habría que plantearse áreas de oportunidad. Tanto que les importa dar una buena imagen como para luego andar pasando estas "vergüenzas", que mucho parecen chismes o peleas entre personas sin quehacer, siendo que en un equipo campeón, siempre hay mucho trabajo. Más atención a lo que pasa en vestidor.
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