— Alejandro Magno.
En el año 336 a.C. a la edad de 20 años, Alejandro III fue proclamado rey de Macedonia; en poco tiempo sería reconocido, primero, como gobernante de toda Grecia y después, emperador del mundo tras derrotar al imperio persa y apoderarse de toda la vastedad del creciente fértil. Durante un breve reinado, (apenas 13 años) el discípulo de Aristóteles lograría gloria tal que sería denominado "El Grande": Alejandro Magno.
Fue en el año 326 a.C. tras victoriosas campañas que se dirigió tras su más lejana conquista; la India. Atravesaba el desierto de Gedrosia, rumbo al Indo, con sus tropas ya cansadas; deseosas de regresar a sus hogares a disfrutar de los botines obtenidos en la guerra. Obligadas a marchas forzadas llevaban varios días con escasez de agua y alimentos; llegaron a un pequeño riachuelo casi seco, donde un soldado llenó de agua un casco y lo llevó al monarca para que bebiera de él. Alejandro pregunta si hay suficiente para todos y la respuesta es no, "sólo para Usted, Majestad". Alejandro decide derramar despacio el agua, ante los ojos atónitos de la tropa que pensaban ver como su rey tenía agua y ellos no. Inteligentemente, el Rey comparte la sed de sus hombres.
Hace 34 días, en las urnas, treinta millones de mexicanos optarían por un cambio que se espera trascedente, rumbo a una "Cuarta Transformación". Los primeros indicios llegaron con una promesa alejandrina como la narrada. Si la inmensa mayoría de los mexicanos reciben míseros salarios, el presidente de la república no puede recibir los dispendios que hasta ahora PRI y PAN ha restregado en la cara de millones de mexicanos; La decisión de AMLO de reducir los salarios y utilizarlos en servicios sociales, suena alentadora. Según la propia Secretaría de Hacienda, el gabinete de EPN gasta anualmente 763 mil millones en salarios y sólo en asistencia y puntualidad otros 2,600 millones; supongamos que no el 50%, ya que no todos recibirán ese descuento, sino sólo un 10% de ellos, equivaldría a 77 mil millones de pesos, si los invirtieran sólo en hospitales y medicinas para el pueblo, sería ya un apoyo invaluable...
Desde luego que no todos los burócratas federales estuvieron de acuerdo; en la satrapía judicial, el presidente de la SCJN manifestó su oposición y prácticamente desobediencia a la propuesta del casi presidente electo; pero analicemos: En un sistema de división de poderes, como supuestamente es el mexicano; se debe respetar el régimen constitucional; su artículo 49 establece: El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La doctrina jurídica les da, a cada uno, autonomía suficiente para manejarse independientemente, según continúa esa fórmula constitucional: No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación. El artículo 94 constitucional establece: - Se deposita el ejercicio del Poder Judicial de la Federación en una Suprema Corte de Justicia... La remuneración que perciban por sus servicios los Ministros de la Suprema Corte... no podrá ser disminuida durante su encargo. Entonces, para que tantos gritos y sombrerazos del ministro presidente de la SCJN; la propuesta obradorista no debería causar problemas al poder judicial, ellos podrán seguir recibiendo sus más de cinco millones anuales más prestaciones especiales; bastaba simplemente decir: "nos apegamos a la constitución" y listo; pero los obtusos ministros se entendieron como parte del ejecutivo al que siempre han servido y protestaron; y ellos son quienes interpretan y aplican las leyes... ¡Oh!, y ahora ¿quién podrá salvarnos? Chespirito ya se murió...
Tampoco la satrapía legislativa debe preocuparse; ya que unos y otros son harina de costales diferentes. Por cierto, los senadores que en unos días entregan su curul se repartirán trescientos sesenta millones de pesos como bono de salida; los futuros legisladores de Morena aseguraron bajarán sus salarios a la mitad de los que reciben los actuales y suprimirán todos los privilegios, entre ellos los seguros de gastos médicos mayores y acudirán a los hospitales del Sector Salud oficial. Esa será una decisión autónoma y respetable, a menos de que surja por ahí un "Juanito" que haya aceptado la reducción para que le dieran el hueso y luego diga que siempre no...
Más pronto que temprano, como en los cuentos de hadas, aparece la bruja fatídica y convierte el amor en dolor y el encanto se trastoca en tragedia: ¿cómo podrían muchos miembros de Morena rememorar el cincuentenario del asesinato de Tlatelolco o aludir a los 30 años del gran fraude electoral de 1988 con una fuerte contradicción en su seno? Permítaseme una metáfora dentro de la metáfora, relacionada con AMLO-Bartlett:
Alejandro fue "Magno porque supo escoger a sus generales, jamás hubiera colocado a un antiguo enemigo al frente de alguna de sus tropas élite (caballería o falange macedonia); Pero que tal si alguno de sus diádocos hubiera criticado esa acción, seguramente el Magno le hubiese escuchado; menos aun cuando 50 años atrás, aquel designado hubiera sido achichincle de quienes asesinaron a jóvenes macedonios y que 30 años antes realizó corruptelas para desconocer a Filipo como rey de Macedonia. Peor aún ya escogido ese mariscal, quien públicamente exigía acabar con los enemigos, de pronto pronunciara que "siempre no habría conquista de Persia ni de India" y los reinos quedarían como los reyes derrotados los habían configurado. El soberano conquistador había prometido en infinitas ocasiones que se acabaría lo mal hecho por el rey derrotado y ahora, pues NO. Entonces: ¿Hubiera sido posible que sus leales soldados le creyeran, máxime cuando prontamente empezara a caerse a pedazos su proyecto de imperio? Alejandro ahí mismo hubiera ejecutado frente al ejército a quienes le destruyeran sus ambiciones helenísticas; como buen discípulo de Aristóteles, habría parafraseado al estagirita: "Soy muy amigo de Bartlett; pero lo soy más de la justicia y del pueblo".
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