LA CULPA Y LA PREOCUPACIÓN
Al observar a los perros, me doy cuenta que ellos viven la vida de una manera simple, por instinto, sin pensar en el mañana, sabedores de que quizá éste no llegará.
Se preocupan por conseguir la comida de ese día, si es que no tienen, pero no se preocupan por acumular más de lo que necesitan.
Ladran, brincan, corren, huyen, se defienden, siempre obedeciendo a sus instintos.
La diferencia con el ser humano, es que éste siempre vive atrapado en un estado de ansiedad, sintiendo siempre que algo le falta.
Los animales viven intensamente el presente, si se sienten agredidos huyen de la agresión, si alguien les demuestra aprecio le corresponden, lo que sí no hacen, es quedarse pensando, en si la vida es injusta o ¿por qué me agredieron a mí?
Si tiene alguna incapacidad, sufrieron un accidente, perdieron algún miembro o alguna función en su cuerpo, no se detienen a pensar en... ¿por qué yo? ¿Por qué me pasó a mí?
El problema con nosotros los seres humanos "pensantes", es que hemos sido capaces de evolucionar hasta el punto en que estamos... que no hemos podido deshacernos de sentimientos tan primitivos como arraigados, que no nos han podido permitir evolucionar como seres vivientes y son el miedo, la preocupación y la envidia.
Olvidamos o no nos damos cuenta que la vida es como es, y no como nosotros queremos que sea.
Por lo tanto, revolcarnos en el pasado con los errores que cometimos, sólo nos acarreará sentimientos de culpa.
Y pensar con ansiedad en el futuro que es incierto para todos, nos causará sólo preocupación.
Por eso, al observar a mi perro, me siento en desventaja, pues quisiera ser como él, y vivir un día a la vez, disfrutando sólo "el aquí y el ahora".
Y ahora, para terminar, una gota de filosofía: EL PROBLEMA NO ES HACERLE FAVORES A LA GENTE, EL PROBLEMA ES QUE EL DÍA QUE DEJAS DE HACERLO, EL MALO ERES TÚ.
Por: M.V.Z. Miguel Dávila Dávila
