Desierto. Una muestra con el encuentro entre culturas que se adaptaron al desierto. (CORTESÍA)
A pesar de sus altas temperaturas, kilómetros de arena y aparentemente pocos recursos, el desierto es un lugar para la vida y la expresión cultural.
Así lo han concebido dos grupos humanos que lejos de pretender dominarlo se han adaptado a él y lo aman profundamente: los comcáac (seris) que habitan el desierto de Sonora, y la nación saharaui, del Sahara Occidental, por lo que sus saberes y expresiones constituyen un patrimonio cultural de gran valor y una lección de sobrevivencia.
En un intento por mostrar los puntos en común del pasado y el presente entre ambas culturas, tales como su antigua raíz nómada, la relación con el desierto, la memoria atribuida al mar y la lucha por defenderse del despojo de sus tierras, es que el Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM) abrió al público la exhibición etnográfica De nomadismos y hospitalidades: comcáac y saharauis.
El embajador de la República Árabe Saharaui Democrática, Ahmed Mulay Ali Hamadi, agradeció al Instituto Nacional de Antropología e Historia y al MNCM abrir las puertas de sus salas para mostrar al público mexicano durante tres meses a estos dos pueblos del desierto. La exhibición presenta más de 70 objetos como fotos, indumentarias y utensilios.
La exposición tiene ejes como:
⇒ Nomadismo, otra forma de habitar el planeta.
⇒ Desierto y vida.
⇒ Justicia y hospitalidad.